Sakhir, 20 de abril

El alemán Nico Rosberg saldrá desde la punta, seguido de su compatriota Sebastian Vettel y el español Fernando Alonso, en el Gran Premio de Bahrein, en cuyo entorno la policía de los Emiratos Árabes Unidos dispersó con violencia una manifestación de centenas de personas en la Plaza de la Perla, que protestaba por la realización de la carrera.

El mexicano Sergio Pérez se quedó fuera de la Q3 (tercera manga de calificación) a bordo de su McLaren y saldrá en el lugar 12, mientras su compatriota Esteban Gutiérrez comenzará en la última posición, por una sanción de cinco puestos.

Rosberg fue el más rápido en la pista sobre el desierto de Sakhir, a bordo de su Mercedes, y dio su mejor vuelta en 1.32.330 minutos, dos décimas más rápido que Vettel, líder del Mundial con 52 puntos.

Fue la segunda pole consecutiva para Mercedes, después de la lograda hace una semana en China por Lewis Hamilton, quien fue penalizado con cinco plazas y saldrá noveno, debido a la sustitución de su caja de cambios antes del plazo mínimo de cinco carreras.

Alonso compartirá la segunda línea con su compañero en Ferrari, el brasileño Felipe Massa, que escaló dos posiciones tras las sanciones de Hamilton y del australiano Mark Webber; éste por un choque en China.

Esteban Gutiérrez largará último tras enfrentar la sesión calificada de hoy, en la que se quedó en la Q1 y se ubicó en el puesto 18 de 22, pero partirá de atrás luego de la penalización de cinco puestos por el contacto con Adrian Sutil, en China.

Realmente la velocidad no ha sido buena para tener la confianza de estar dentro de los primeros 10. Traté de sacar el mayor jugo que tenía, pero mañana haremos lo mejor que podamos, dijo Gutiérrez.

Para Checo Pérez ha sido difícil el balance. Lo hemos puesto totalmente para la carrera, pero sacar la vuelta para la calificación era muy difícil. Estoy tranquilo, porque creo que no había para más, Tengo confianza en que podemos hacer buenas cosas en la carrera.

La competencia se realiza al margen de las protestas, frente a las cuales la policía utilizó bombas de gas lacrimógeno y granadas de estruendo en Manama, un tradicional centro de reunión de los chiítas desde el inicio de las protestas que sacuden la región desde febrero de 2011.