El 30 de abril de 1956 los hermanos Arturo y Gustavo Martínez McNaught emprendieron un asombroso viaje para recorrer en dos bicicletas usadas 5 mil 600 kilómetros, distancia que hay entre las ciudades de México y de Toronto, Canadá. Ochenta y dos días, 14 llantas después y protagonizando cientos de anécdotas, son los primeros mexicanos en lograr la hazaña.

Más de medio siglo después, los septuagenarios Arturo y Gustavo vuelven a recorrer ese camino acompañados de un pequeño equipo de filmación, con el objetivo de ver qué ha cambiado en el paisaje y en ellos mismos. Esta sorprendente historia está contenida en el documental Ciclo, dirigida por Andrea Martínez Crowther, que se estrenará mañana, 19 de abril, en todo el país, día que se festeja el Día Mundial de la Bicicleta.

En entrevista con La Jornada, la cinerrealizadora afirmó: Justamente esta película va en el sentido opuesto a la idea de que se tiene de que la juventud da osadía y la edad cobardía, creo que estos hombres hicieron una hazaña extraordinaria cuando eran jóvenes, pero siguen viviendo así; que hayan aceptado hacer esta nuevo viaje 50 años después prueba su osadía. Si eres joven de corazón sigue buscando aventuras a la edad que sea, ese es el mensaje con el que la gente se queda: la vida es un viaje y hay que disfrutarlo al máximo.

La juventud y su fortaleza, la aliada

Los protagonistas del documental también dieron sus impresiones; primero Gustavo: En principio fue una idea descabellada, porque si nos hubiéramos percatado de lo que hacíamos no lo hubiéramos hecho. En este caso la ignorancia fue nuestra aliada, y desde luego, la juventud y la fortaleza de esos años... porque ¡esa etapa de la vida la desperdician muchos! En Pachuca, de donde somos originarios, un francés quería organizar un pelotón de ciclistas para hacer ese viaje, pero al final sólo lo hicimos mi hermano y yo. Para todo hay un tiempo y la osadía es parte del proceso.

Arturo intervino: Lo que nos ha ayudado es que a diferencia es que muchos de nuestros colegas, más o menos de la edad, sienten que cada año se hacen más viejos o no realizan las cosas que impliquen algún riesgo. Nosotros hemos gozado la vida completamente; nunca nos hemos parado a pensar en lo que queremos hacer, sino que lo hacemos. Antes esa era la actitud de nosotros los jóvenes, ahora veo a mis contemporáneos muy conscientes de cómo pasa el tiempo, pero a nosotros no nos ha pasado eso.

Volvió a tomar la palabra Gustavo: Hacer otra vez este viaje fue como salir de la fosa, de la tumba, para ver otra vez, por un momento volví a verme ahí en la carretera.

Arturo complementa: Regresé de Canadá a México en los años 80; he recorrido varias veces las carretera por las que pasamos; Gustavo no había vuelto a esos lugares, así que fue una impresión increíble cuando recorrimos estas caminos, que son como espirales, y no podíamos creer que nos las echamos en bicicleta con 43 grados de temperatura y tomando puro refresco... Creo que lo que Andrea trató de plasmar en el documental fue el ciclo de la vida, de los cambios... Fue increíble pasar por los pueblos maravillosos que recordábamos, y que ahora son pueblos fantasmas; o al revés, ver ciudades como San Luis o Chicago que ahora son urbes increíbles. Nos sentimos muy bien, fue una experiencia formidable.

Gustavo afirma: Trataba de recordar, cada que pasamos nuevamente por estos lugares, de cómo nos sentíamos en esos años para haber logrado esa aventura.

Andrea tomó la palabra y dijo: Creo que justamente estamos conscientes de no poder repetir y al volver hacer el viaje no estamos repitiendo nada, sino que trazamos una ruta para confrontar dos tiempos distintos con cuatro hombres el Arturo y el Gustavo de hoy con los que fueron hace 53 años, una experiencia totalmente distinta, porque están en un momento diferente de sus vidas. Al tratar de trazar esa ruta, Gustavo reflexionaba todo el tiempo acerca del viaje, de cómo lo vivió, lo sintió... la película trata un poco de eso de que todo es pasajero y si no lo reconocemos se nos va... es como querer retratar lo efímero, que no se puede, pero se intenta.

En Ciclo mientras Arturo y Gustavo trazan la ruta que recorrieron medio siglo antes, se van revelando estos dos hombres y sus vidas: la pérdida de la primera esposa de Arturo en su luna de miel, el cáncer que venció Gustavo hace 20 años, el dolor que enfrenta actualmente Arturo con la demencia de su mujer... pero también la intensidad con que estos dos hombres redescubren el camino, gozan de los pequeños placeres y muestran cómo a pesar de lo agridulce de la vida o quizás debido a ello vale la pena vivirla.

Ciclo es una película íntima, emotiva y de mucho corazón, y para contarla la directora Andrea Martínez Crowther tiene un acceso privilegiado, pues uno de estos dos hombres es su papá y el otro su tío.