Hace tres meses, Juan Pablo Rodríguez llegó a México para jugar con Pumas. Poco tiempo, admite, para conocer las estadísticas que rodean el próximo partido contra el América –uno de los duelos con mayor rivalidad en el torneo local–, pero lo suficiente para saber que este encuentro se vive desde la piel del fanático.

Sus compañeros de equipo no le han enseñado a odiar los colores de las Águilas. Ríe ante la idea, pero se va metiendo en el papel del jugador que se prepara para vivir uno de los clásicos que mayor pasión imprimen al futbol mexicano.

La gente sí que me enseña a vivir que es un juego muy importante. Por medio de las redes sociales uno alcanza a saber que es un juego decisivo para la afición, admite el ex jugador del All Boys de Argentina, país donde algunos clásicos alcanzan la metáfora de la guerra.

Sí, este tipo de juegos se viven desde la piel del hincha. No voy a decir que se trabaja distinto en la semana, pero sí lo vivimos diferente, refiere Rodríguez.

La rivalidad de estos juegos es que sobrepasa los límites de cal de una cancha, se desborda en los estadios y toma por asalto las calles de la ciudad. Todo esto, agrega, es parte del show, que los hace más atractivos.

Eso es lo que te da las ganas de jugar, ese condimento especial que hace que sean disfrutables para el jugador. Más allá de que cada partido lo encaramos de la misma manera, creo que el fanatismo que rodea estos juegos lo vivimos distinto, explica.

A pesar de tener sólo tres meses de vestir la playera auriazul y del desconocimiento que tiene de las estadísticas del clásico contra el América, Rodríguez vuelve a hablar como futbolista con piel de hincha y se compromete a esforzarse para que dejen de recordarse los dos juegos consecutivos en que los del Pedregal no pueden ganarle a los de Coapa.

Es un encuentro muy importante, en el que nos jugamos el orgullo y la clasificación a liguilla, dice, como se estila en los preámbulos de estos partidos, pero en lo que no deja duda es en que asume profundamente su compromiso universitario.

No importa que en las Águilas haya jugadores más caros, porque en Pumas se cuenta con una cantera que es orgullo de la institución y de sus aficionados. Eso hace que se sienta la playera de otra manera. Sicológicamente llegamos en mejor forma, puntualiza con entusiasmo.