Es un programa corporativo y con tintes electorales
Compromiso con Walmart y Soriana para comprar despensas
Domingo 14 de abril de 2013, p. 10
Aparte de los censurables negocios familiares y del pago de favores a las trasnacionales que apoyaron la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, detrás de la Cruzada Nacional contra el Hambre hay es un programa corporativo y clientelar, con claros tintes electorales, encaminado a apoderarse de los votos de la oposición, advirtió el senador del PRD Alejandro Encinas.
Recalcó que de los 400 municipios considerados en la primera etapa, 190 no están en pobreza extrema. Además, se incluye, por ejemplo, a la ciudad de México, donde hay 178 programas sociales, comedores populares y pensión para adultos mayores, entre otros. Sin embargo, contemplan en la cruzada a las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón, donde está 48 por ciento del padrón y 49 por ciento de los votos de la izquierda.
Encinas señaló que hay municipios cuya población en condición de pobreza es muy reducida. En el caso de Baja California, se incorporó a las ciudades de Tijuana, Mexicali y Ensenada, donde el porcentaje de población en pobreza es de 3.5 por ciento, mientras que hay municipios en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Tabasco donde casi la totalidad de la población está en condiciones de pobreza extrema y alimentaria, pero no forman parte de la cruzada.
La explicación, agregó, es que Mexicali, Tijuana y Ensenada, representan 80 por ciento del padrón electoral de la entidad en los comicios de este año.
Criticó la decisión de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Rosario Robles, de meter a trasnacionales en la Cruzada Nacional contra el Hambre, cuando los consorcios extranjeros siempre han lucrado con la miseria y la necesidad de la gente en la mayoría de los países del mundo en que operan.
El senador dijo que es absurdo el argumento de Robles de que el Estado por si sólo no puede combatir la pobreza y requiere de la iniciativa privada y del mercado, porque la lógica del mercado no es combatir la desigualdad, sino la acumulación y el lucro.
“El hambre en el mundo –dijo– ha sido el gran negocio para las empresas trasnacionales y aquí se llega al extremo de firmar convenios, dentro de la Cruzada Nacional contra el Hambre, con Pepsico y Nestlé. Esta última se compromete a impartir 15 mil horas de de capacitación a las mujeres en los municipios más pobres del país, para lograr que se alimentan mejor, ¡cuando no tienen alimentos!
Esos convenios, recalcó el legislador, no tienen que ver con las políticas alimentarias, son para pagar favores a las empresas que apoyaron la campaña presidencial de Peña Nieto.
Además de un conjunto de beneficios fiscales a las grandes empresas, se van a firmar compromisos con Walmart y Soriana, para comprarles las despensas que va a distribuir el gobierno federal.
Insistió en que además de devolver favores y alentar los negocios de todo tipo, lo medular de la cruzada es que se va medrar con la pobreza de la gente para posicionar electoralmente al PRI, como lo hizo Peña Nieto cuando fue gobernador del estado de México, pero ahora a escala nacional.. Ya empezaron con los gabinetes regionales, y habrá todo un aparato de operación política a cargo de quienes han trabajado en el estado de México, Oaxaca y Veracruz todos los programas corporativos puestos en marcha en los pasados 10 años
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Nada más hay que ver, agregó, quiénes están al frente de Diconsa, Liconsa y Oportunidades. Son cuadros operadores del PRI que tienen una enorme experiencia electoral.
–¿Robles vuelve como brigadista, pero de Peña Nieto?
–Ahora está hablando de que hay que ir con el mercado y el capital. Vueltas que da la vida.