Buenos Aires, 13 de abril.

El modesto San Martín de San Juan, que lucha por no descender, propinó al Boca Juniors una de las derrotas más contundentes de su historia, al vencerlo 6-1, con tres goles del colombiano Humberto Osorio, en partido de la novena fecha del torneo final argentino.

Osorio ingresó en la galería de jugadores que le anotaron tres tantos a los xeneizes, tras convertir a los minutos dos, 46 y 54. Jorge Luna (21), Lucas Landa (40) y Sebastián Penco (61) aumentaron la diferencia para el histórico triunfo de los sanjuaninos, mientras el uruguayo Santiago Silva (38, de penal) descontó para Boca.

La derrota, por la diferencia y por tratarse de un rival casi al borde del descenso, encaja entre las peores en la centenaria historia boquense y la más amplia que le tocó sufrir a Carlos Bianchi como técnico de los aauriazules.

San Martín, que en este momento se ubica en el sitio 19 en la tabla de promedios, en serio peligro de perder la categoría, se dio el gusto de ganar su primer partido del campeonato ante una versión ruinosa del Boca, y de rencontrarse con los tres puntos luego de 16 partidos, ya que no ganaba desde octubre del año pasado.

Bianchi reservó a Juan Román Riquelme, su principal figura, para el partido de la Copa Libertadores ante Toluca, el próximo miércoles en México.

Independiente, en mala situación

El pasado viernes, Independiente, uno de los clubes más populares de Argentina y siete veces campeón de la justa continental, quedó en muy mala situación en la tabla del descenso, al empatar 1-1 con Unión.

En un partido cargado de nervios y tensión, el paraguayo Adrián Fernández, al minuto 40, puso en ventaja a Independiente, pero el equipo dirigido por Américo Gallego no consiguió mantener la diferencia y el uruguayo Brahian Alemán, con un cabezazo, anotó el empate (80).

Fuera del estadio se registraron algunos incidentes y es una incógnita la continuidad de Gallego.

Este sábado, el equipo entrenó con custodia policial y al finalizar la práctica un grupo de hinchas insultó a jugadores y directivos. ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!, fueron algunos de los cánticos de un centenar de fanáticos.