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Penultimátum

España: ¿monarquía útil?

S

u alteza imputada. Así cabecearon importantes periódicos de España la noticia de que Cristina, hija del rey Juan Carlos, debía comparecer a finales de este mes ante el juez que lleva uno de los más sonados casos de corrupción: el Nóos. Primera vez que un integrante de la familia real enfrenta la justicia por ese delito. Todo indica que la información en poder del juez prueba la cooperación necesaria y el consentimiento de la infanta en las actividades ilícitas de su marido, Iñaki Urdangarin. Gracias a ello éste logró recibir dinero de varias comunidades, como la de Valencia. En total, más de 9 millones de dólares. Usó como escudo una institución sin fines de lucro para impulsar el deporte y de la cual Su Alteza era parte.

La información también indica que la pareja utilizó el nombre del rey para facilitar los negocios corruptos. En ellos algo tuvo que ver igualmente la amante del monarca, la princesa alemana Corinna.

En la cadena de complacencias hay otros personajes e instituciones. Por ejemplo, la trasnacional Telefónica, que dio cobijo a Iñaki en su representación en Washington cuando se comenzaron a divulgar sus irregulares negocios. Alguna culpa tienen los consejeros de la Casa del Rey. Con su silencio y pasividad dejaron que se cometieran los ilícitos.

El escándalo pudo evitarse si en esa casa hubiera imperado la sensatez y no, como ha ocurrido, la creencia de que sus integrantes son intocables y la justicia cojea a la hora de ocuparse de quienes creen que por sus venas corre sangre azul.

Mientras, los plebeyos (46 millones) cuya mayoría se debate ahora en grave crisis económica y social, se enteran de otro asunto: la fortuna que Juan Carlos tiene en un paraíso fiscal, Suiza, unos 3 millones de euros. Es, dicen, la herencia de su padre, de quien se dijo no tenía bienes. Mas ahora se descubre que sí. Entre ellos bienes inmobiliarios en Madrid y la ciudad portuguesa de Estoril.

Varios grupos parlamentarios piden al gobierno que aclare si el rey ha pagado al fisco por dicha herencia y si otros integrantes de la familia real tienen cuentas en Suiza. Pero los españoles exigen mucho más: trasparencia en el manejo de los dineros de la Casa del Rey, que al fin y al cabo provienen del bolsillo de los ciudadanos. Conocer la fortuna personal de sus Altísimos integrantes. Comenzando por la del rey.

En contraste, el gobierno del señor Rajoy defiende la monarquía por ser muy útil y provechosa y mueve medio mundo para impedir que comparezca Su Alteza. Posiblemente lo logre, pero será echarle más gasolina al fuego. Con razón el yerno se fue a trabajar a Qatar en asuntos relacionados con el balonmano. Y sueldo de príncipe.