Sobreviviente afirma que intentaron escapar de un aparente secuestro y fueron baleados
Los agentes dicen que los jóvenes chocaron con ellos y embistieron a otro elemento; niegan haber disparado
Mañana se decidirá si son procesados
Se violó protocolo de operativos: edil
Jueves 11 de abril de 2013, p. 36
Tlalnepantla, Méx., 10 de abril.
Desde el viernes pasado seis policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal se encuentran detenidos en la prisión de Barrientos y se espera que en unas horas sean vinculados a proceso penal porque ese día balearon a dos estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), uno de los cuales murió.
La noche del martes, después de una sesión de control de detención que duró casi nueve horas, la juez dictó orden de detención contra los seis agentes federales y amplió el plazo para decidir este viernes si serán procesados por homicidio agraviado y homicidio en grado de tentativa.
Tres agentes adscritos a la Fiscalía de Delitos de los Servidores Públicos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México leyeron el testimonio del joven sobreviviente. En el área de retenidos, los seis policías, entre ellos una mujer, escucharon la narración de lo ocurrido el 5 de abril.
Según esta versión, cerca de las 20 horas de ese viernes los dos estudiantes circulaban en un automóvil Dodge Neón por carriles centrales de Periférico norte, cerca de Valle Dorado, cuando dos autos con logotipos de Teléfonos de México (Telmex) les cerraron el paso y de uno bajó un hombre empuñando un arma, quien les ordenó descender.
Por temor a un secuestro, los jóvenes aceleraron y en su huida embistieron a un agente federal. En respuesta recibieron una ráfaga de balazos. El auto tiene 23 impactos de armas de fuego calibre nueve milímetros.
En el asiento del copiloto fue rescatado vivo Alejandro Reyes Díaz, de 23 años de edad, pero falleció en urgencias del hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado de Tultitlán. Cursaba el octavo semestre de la licenciatura en derecho, al igual que el sobreviviente.
En atención al protocolo del mando único, al menos 100 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana estatal y de la dirección de seguridad pública municipal de Tlalnepantla detuvieron a los seis agresores, incluida una mujer, quienes son policías federales.
Les fueron confiscadas cinco armas de uso oficial con logotipos de la Secretaría de la Defensa Nacional, calibre nueve milímetros, y 200 cartuchos útiles, así como dos autos Chevy con logotipos de Telmex. Un mando de los federales huyó a bordo de un Malibú.
Los federales declararon que se dirigían a una operación encubierta en el municipio de Tultepec, por lo que circulaban en autos con logotipos de Telmex. El vehículo Neón (el de los estudiantes) golpeó por la parte trasera uno de los vehículos de los agentes, y cuando uno de éstos bajó para averiguar lo sucedido fue embestido por el auto de los universitarios.
Cuando llegaron los policías estatales y municipales, explicaron, se identificaron como federales, pero sus colegas estaban muy agresivos
y los desarmaron. Negaron haber disparado a los jóvenes, pidieron revisar los resultados de la necropsia y confirmar que las armas usadas en el crimen no eran suyas.
La agente federal detenida, identificada como Aline, dijo que hace un año no ha disparado un arma, como confirmaron estudios de balística. Dijo que ella permaneció dentro de un auto, pero un policía forzó la chapa y la obligó a descender. Aseguró que grabó lo ocurrido.
El sobreviviente también fue detenido, pero obtuvo su libertad bajo caución y demandó a los policías municipales y estatales debido a que fue sometido y golpeado, además de que le robaron documentos personales y un teléfono.
El alcalde de Tlalnepantla, Pablo Basáñez, declaró que los agentes federales rompieron el protocolo del mando único y que nunca le informaron de su presencia en el municipio.