Aulas improvisadas para alumnos mal alimentados: Yesmín López
Lunes 8 de abril de 2013, p. 5
Chilpancingo, Gro., 7 de abril.
“Sin laboratorios, sin cancha deportiva, con aulas improvisadas, con alumnos mal alimentados y maestros que llevan cuatro años sin cobrar sus salarios, no puede haber calidad en la educación’’, afirma Yesmín López Marín, maestra en la comunidad nahua de Zumpango, municipio de Olinalá.
‘‘No sabemos qué piensa el gobierno cuando propone su reforma educativa; nosotros vamos a seguir luchando para que no se imponga en Guerrero’’, advierte la profesora de esa localidad de la región de la Montaña.
Para explicar lo alejada que está su comunidad, de unos 500 habitantes, López Marín indica que la Escuela Secundaria Técnica José María Morelos, donde trabaja, ‘‘colinda con poblados del estado de Puebla’’.
La maestra Yesmín tuvo que viajar unos 180 kilómetros, desde Zumpango hasta Chilpancingo, para sumarse al movimiento encabezado por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg).
‘‘Hasta me traje a mi niño (al que amamanta durante la entrevista), pero estoy preocupada porque a mi otro hijo lo dejé con mi mamá, que me lo está cuidando’’, cuenta. Como ejemplo de las carencias en los plantes educativos pone la secundaria técnica de la comunidad nahua de Zumpango, en la que funciona un taller de confección.
‘‘Se les enseña a los alumnos a hacer vestidos, pantalones, blusas, delantales; apenas contamos con tres máquinas de coser, ya muy deterioradas. ¿Así como les vamos a enseñar a que se ganen la vida el día de mañana?’’
No obstante, a la profesora, más que hablar de lo justo o no del movimiento magisterial, le interesa que la gente conozca la problemática laboral por la que atraviesa el plantel donde labora.
‘‘No es posible que desde hace cuatro años no se le haya pagado a los cuatro compañeros maestros; eso no lo dicen los funcionarios de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), ni mucho menos los del gobierno federal’’, expone. Y que conste, aclara: ‘‘los compañeros aprobaron el examen para ocupar su plaza de docentes, pero cuando vienen desde allá a las oficinas de la Secretaría de Educación estatal, solamente les dicen que esas plazas no tienen techos financieros.
‘‘Nos quieren poner en el mismo nivel que las escuelas urbanas, donde hay las herramientas necesarias, como Internet”. Subraya que los alumnos de su comunidad ‘‘si acaso tienen radio, pero no todos tienen televisión ni acceso a los diarios’’.
Por ello, ‘‘no estamos de acuerdo con la reforma educativa que en lugar de beneficiar a los niños, a los maestros, nos perjudica a todos, incluidos los padres de familia, que ahora se harán cargo no sólo de las cuotas de sus hijos, sino del mejoramiento de las escuelas.Vamos a seguir en la lucha’’, concluye la profesora.