Fue la primera mujer en dar una presea de oro a México, en los JO de Sydney 2000
Murió a los 35 años en su departamento de la colonia Condesa
El éxito y las fiestas mellaron su salud
Fue operada 14 veces y perdió un pulmón tras contraer influenza en los JP de Río de Janeiro
Viernes 29 de marzo de 2013, p. a13
Hace casi 13 años Soraya Jiménez dio la mayor alegría a México al convertirse en la primera campeona olímpica en levantamiento de pesas y en la historia deportiva del país en Sydney 2000. Ayer, la mexiquense de 35 años de edad falleció víctima de un infarto al miocardio.
Murió en su departamento de la colonia Condesa, al cual llegaron sus padres y amigos más cercanos sin hacer declaraciones, aunque la noticia desató especulaciones y en un total hermetismo ante la incredulidad hacia el suceso.
El último deseo que expresó Soraya a su familia fue que la cremaran en el lugar en el que sería velada, comentó Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano, quien estaba desconsolado por haber sido uno de los dirigentes que la apoyó desde sus inicios.
Informó que no se le rendiría un homenaje de cuerpo presente como se hizo al ex marchista Noé Hernández, porque así lo pidió la familia.
La ex pesista, quien en sus inicios practicó basquetbol, natación y otras disciplinas, siempre se distinguió por ser una mujer de carácter y temple de acero, y por nunca quedarse callada porque, como ella alguna vez declaró, quería romper tabúes.
Ser la primera halterista, que a escondidas entrenaba en el gimnasio del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), generó malestar entre algunos directivos, que rehusaban aceptar que las mujeres practicaran deportes exclusivos de varones.
Superó la misoginia
Soraya superó esa misoginia para ser la pesista que mayores logros dio a México: primero, como medallista juvenil, y después se consagró con la presea de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, además de que estableció récords y títulos en torneos regionales y continentales en la categoría de 58 kilogramos.
A partir de su logro, su vida dio un giro insospechado. El éxito, la fama, las fiestas, el alcohol y los compromisos publicitarios hicieron mella en su salud y protagonizó escándalos que la identificaban como una deportista indisciplinada que tenía futuro, pero que estaba perdida en el camino.
Ni sus familiares ni su entrenador búlgaro Georgi Koev –con quien se le relacionó sentimentalmente y del que una vez ella inventó que estaba muerto y después lo resucitó– pudieron cambiar la conducta de Soraya.
En 2002 dio positivo en un control antidopaje en el Panamericano de la especialidad en Venezuela. La entonces presidenta de la federación, Martha Isela Elizondo, con quien no tenía buena relación, afirmó que la pesista había tomado anabólicos.
Soraya lo negó y acusó a su dirigente de haber hecho esa reveción a los medios de comunicación antes de ser notificada, como establece el reglamento.
La intervención de Mario Vázquez Raña, entonces presidente del COM, ante la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas, hizo que exculparan a la mexicana y sostuvieran que jamás tomó medicamentos ilícitos. Ella dijo que estaría agradecida con él toda la vida porque lo consideraba un padre.
Luego vendría otro escándalo, cuando entregó documentos falsos como pasante de licenciada en administración por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México para competir en el Mundial universitario de ese mismo año.
Lesiones y enfermedades
A la par de su agitada vida, la salud de Soraya y sus constantes lesiones en rodillas, codos y muñecas empeoraron.
Fue intervenida quirúrgicamente 14 veces y sobrevivía sólo con el pulmón izquierdo desde que en 2007 le extirparon el derecho debido a la influenza tipo B que contrajo en julio de ese año durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
Posteriormente cayó en coma durante 15 días debido a la influenza A/H1N1.
En el gobierno de Vicente Fox, su esposa Martha Sahagún la apoyó varias veces enviándola a clínicas siquiátricas y de desintoxicación, pero la ex deportista salía y volvía a recaer.
A Soraya le sobreviven sus padres José Luis Jiménez y María Dolores Mendívil, así como su gemela Magalí y su hermano José Luis.
La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, a través de un comunicado, lamentó la muerte de Soraya, quien nació el 5 de agosto de 1977 en Naucalpan, estado de México.
A través de sus cuenta de Twitter el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, externaron su consternación por el deceso de Soraya.
Lamento el fallecimiento de la atleta mexicana y medallista olímpica, Soraya Jiménez. Mis condolencias para su familia
, escribió Peña Nieto.
Ávila expresó: “Lamento el deceso de Soraya Jiménez, medallista olímpica orgullosamente mexiquense y entrenadora en @comunidadUAEMex. Que descanse en paz.
“En próximos días rendiremos homenaje post mortem a Soraya Jiménez y una de las plazas del Edomex que construimos este año llevará su nombre.”