De educación y alimentación
l Instituto Técnico Universitario en Alimentación Pública (ITUAP) se distingue de las instituciones educativas sobre la llamada gastronomía
en que considera el hecho alimentario como fenómeno fundador de lo humano, cuya existencia en la realidad constituye un sistema indisoluble que debe estudiarse mediante varias disciplinas vinculadas entre sí. Desde la salud y la cultura de una sociedad, donde confluyen producción de insumos, su distribución, consumo, desperdicios y reciclaje, así como los efectos de esta cadena sobre la naturaleza que incluye al hombre.
Se distingue también por un método pedagógico con fines laborales en escalafón, desde el nivel técnico al doctorado y la investigación, pasando por la licenciatura y maestrías como profesionalización académica. El ITUAP reúne en la carrera genérica de alimentación pública una docena de vertientes sobre lo que hasta ahora se ignora o bien se aborda tangencialmente en varias instituciones: nutrición en medicina, alimentación en antropología, producción en agricultura, impacto ambiental en ecología, manejo, transformación y comercialización de productos para el consumo humano en turismo…
Cuando el mundo entero enfrenta problemas de abasto alimentario, con hambrunas en partes del planeta, incluidas 7 millones de personas en México, con problemas de salud pública (desnutrición y obesidad, que implican desarreglos sicológicos), auge económico relacionado con la comida industrial elaborada con base en componentes químicos, en el polo opuesto un fenómeno de recuperación de prácticas productivas y de consumo con alimentos orgánicos
y la extensión del comercio alimentario urbano en detrimento de la cocina y el consumo familiares, es urgente tomar conciencia de todo ello y actuar, ¿cómo?: formando conocedores de estos fenómenos, en todos sus niveles, para que puedan contribuir a resolverlos en un futuro, que ya es doloroso presente.
Era para ayer que el ITUAP fue concebido, ante la ignorancia o la inercia de la inmensa mayoría de quienes tienen el poder para actuar sobre las políticas alimentarias que afectan a la sociedad, incluidos entre ellos los académicos de saber respetable que, por su falta de interrelación multidisciplinaria y la atomización de sus intereses intelectuales, no logran transmitirlo a un número suficiente de nuevas generaciones que pueda llegar a influir eficazmente en soluciones duraderas para la alimentación pública. Por ello, el modelo del ITUAP concibe la formación de recursos humanos, técnicos y universitarios en las diversas ramas relativas a la alimentación pública, como un saber holístico y en el marco de una conciencia ética de donde egresen actores sociales responsables con su sociedad.
Una formación mixta y virtuosa: de técnicos en los primeros años, que permita a quienes se vean obligados o escojan pasar al campo laboral, hacerlo con un diploma terminal de primero, segundo o tercer año, mientras se enseña a quienes continúan sus estudios, prácticas en general despreciadas por las élites.
Innovador de una metodología específica para la rama del conocimiento de la alimentación pública, el ITUAP no exige inversiones millonarias, pues su originalidad está en la manera de conceptualizarla y transmitirla, pudiendo impartir parte de sus cátedras mediante convenios con instituciones cuidadosamente elegidas que poseen aulas, laboratorios y profesores ad hoc.
Hoy estaríamos celebrando la primera generación de licenciados en administración pública o privada de empresas alimentarias, con quién sabe cuántos egresados como técnicos de primero, segundo o tercer nivel en alimentación pública y con varios estudiantes en un posgrado de especialización en alimentos y bebidas o en desarrollo alimentario agropecuario rural y urbano, en salud por la alimentación; alimentación y medio ambiente, o alimentación y comunicación social…
Pero nuestra propuesta, hecha en 2008 a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México no fue atendida. ¿Habrá interés ahora?