Los Fabulosos Cadillacs, SKA-P, Panteón Rococó y Jovanotti mantuvieron la atmósfera
Con su fusión de ritmos, Líber Terán hizo patente su talla de músico grande
Martes 19 de marzo de 2013, p. a10
Con una presentación inmejorable de Panteón Rococó, SKA-P, Los Fabulosos Cadillacs, Jovanotti, y Líber Terán, entre otros, el colofón del Vive Latino resultó exactamente un forcejeo de gustos y relajo musical en todos los escenario del Foro Sol.
Nadie sabe con certeza qué grupo cerró el Vive Latino. La verdad es que desde la salida a escena de Panteón Rococó al entarimado principal la atmósfera no bajó de densidad, ni de calidad, ni de ánimo. Los panteoneros colocaron en un parámetro muy alto el potentísimo slam dance que alcanzó las orillas del inmueble.
Después, la politizada y combativa banda española SKA-P llegó para hacer el mismo desmadre, pero diferente, y Los Fabulosos Cadillacs hicieron lo propio con enternecimiento/estremecimiento desigual. Pero los tres tuvieron presentaciones incuestionables.
Por su parte, el músico italiano Jovanotti, además de su multifamosa canción Penso positivo, interpretó Tensión evolutiva y Tutto l’amore che ho; además, en la Serenata rap improvisó, como homenaje al festival, una rima que versaba: Llámame James Brown/ canto como Pavarotti/ la rima que yo prefiero fue escrita con la palabra amor./ Vive Latino y comienza la danza
. Y al calor del ambiente se bajó del escenario para compatir con sus fanáticos.
Otra que desafió a las bandas del escenario principal fue Natalia Lafourcade, acompañada por su productor Emmanuel del Real y elemento de Café Tacvba, en la canción Limosna, contenida en su tributo a Agustín Lara; Paco Familiar, vocalista de DLD, también la acompañó en el tema Aventurera, y en Mujer divina, Ismael, vocalista de los Daniels.
El que sí retó por completo, cualitativamente hablando, a las bandas del escenario principal fue Líber Terán, quien con su rica fusión de ritmos ubicó al público en un nivel muy por encima de artistas símiles que se presentaron en la Carpa Dan Up.
Acordeones, mandolinas...
Al momento que el sonido del escenario anunció a Líber Terán, la cosa no pintaba bien para el músico, pues el público apenas llenaba tres cuartas partes del espacio, pero cuando acabó I garsona opening la carpa ya estaba desbordada y el púbico escandalosamente feliz. El sonido de la tuba, la batería, el duelo de dos acordeones, el teclado, las guitarras, los coros, la mandolina... un agraciado concierto que tomaba vuelo.
Para la segunda canción llegó Iñaki, primer invitado de la noche, para acompañar con su mandolina el tema La sombra, donde a Líber le quedó chico el escenario para pateárselo. Llegó un poco de sonido balkan norteño con Dónde se perdió la magia, tema definitivo en su presentación, pues todo el público respondió a la provocación sonora de los diez músicos en escena.
Luego de dar la bienvenida, Líber dijo al público: ¡Qué bueno que están aquí! Esto es un gran jardín
, palabras que sirvieron de introducción para El jardín ideal, que resultó ídem, pues ya todo el público estaba hipnotizado con el concierto, al cual se unió la armónica tocada por el ex abajeño.
Llegó el momento del invitado principal de la noche: Enrique Rangel, productor de Errante, tercer disco de Terán, del cual se extrajo la mayor parte de la lista de canciones que presentó.
Rangel se unió al combo para manufacturar Mil soles, en la cual Líber recomendó a todos: Para los que piensan que no hay sol, porque está nublado, siempre hay un rayo, o para los que han perdido un amor verdadero, que puedan rencontrarlo
. La rola desenfrenó el corazón y la sique de los asistentes, que bordearon un nivel demencial.
Siguió Sal y ven, y concluyó a un nivel talludo con Teli teli teli.
En síntesis, Líber Terán hizo patente su talla de músico grande y demostró, como pocos, que ya trascendió a su anterior grupo, forjando una sólida carrera de solista, con tres discos.
Al final hasta le pidieron más, entendible, porque el concierto se fue raudo, preciso y solvente.