Opinión
Ver día anteriorLunes 18 de marzo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Dinero mal invertido en Fonatur
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eguramente en los documentos que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) emita sobre el manejo de los dineros y los programas del último año del sexenio que presidió el becario de Harvard, habrá información valiosa sobre cientos de millones de pesos mal invertidos por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), en diversas áreas litorales del país. Especialmente durante los dos gobiernos panistas, Fonatur fue un organismo utilizado por algunos de sus directivos para hacer negocios inmobiliarios, de la mano de empresarios nacionales y extranjeros. No solamente se enriquecieron a costa de los recursos naturales del país, sino que manejaron muy mal los dineros de esa institución. No debe extrañar entonces que los nuevos responsables del fondo señalen ahora que su situación financiera es muy delicada y que se desvió de sus objetivos centrales.

Eso era bien sabido por quienes criticamos oportunamente el papel del Fonatur en los megaproyectos turísticos aprobados durante los sexenios de Fox y del becario. Baste señalar, por ejemplo, lo ocurrido con la inconclusa Escalera Náutica, que haría de Baja California, Sonora y Sinaloa región de descanso para millones de turistas de Estados Unidos que llegarían con embarcaciones y casas móviles. La mesa puesta para pasar temporadas en México dejando muy poco a las comunidades locales y sí mucha basura y alteración ambiental. O su papel en el crecimiento desmedido de Cancún y la Riviera Maya; o los megaproyectos en la costa del Pacífico.

Uno de ellos, el que el becario y sus amigos presumieron como un Centro Integralmente Planeado, en Marismas Nacionales, región limítrofe de Sinaloa y Nayarit con una riqueza ecológica de tal importancia que a escala internacional figura como de conservación prioritaria. Pero el que se presumió como modelo de desarrollo turístico sin depredar arrastra deudas millonarias por mal manejo técnico y financiero. Peor ocurrirá con los recursos naturales si el actual gobierno persiste en llevarlo a cabo. Igual pasará si insiste en otro megaproyecto absurdo: el de Cabo Pulmo, de la empresa española Hamsa, de negro historial en ese país, ahora sumido en la crisis gracias al señor Rajoy, quien prometió sacarlo del atolladero en que lo dejaron los gobiernos de Aznar y Rodríguez Zapatero.

La ASF dispondrá de suficientes evidencias para mostrarnos lo que todavía se oculta de malos manejos en el Fonatur. Mientras, los nuevos dirigentes del organismo se aprestan a hacer el uso más transparente de los 2 mil millones de pesos que tiene asignados para este año; además de encauzarlo por un camino que, si nos atenemos a lo que prometen Peña Nieto y el titular del medio ambiente federal, irá en armonía con el cuidado de los recursos naturales y el manejo racional de las áreas costeras, cada vez más necesitadas de atención, habida cuenta el efecto que el cambio climático ya causa en ellas. Y sin olvidar, por supuesto, a quienes viven allí y muchas veces son víctimas de los desarrolladores turísticos.

Otro campo en que la ASF también debe evaluar e informar a la ciudadanía es el de los programas establecidos en la docena trágica para contrarrestar el cambio climático. En qué se aplicaron los recursos aprobados para lograr sus objetivos y hasta qué punto se cumplieron sus metas. Cabe recordar que el becario y sus colaboradores cercanos se ufanaron de sus logros en la materia, muy cuestionados por los especialistas debido a que tienen al petróleo y al gas como principales fuentes de energía, mientras las metas trazadas en el campo de las renovables (solar y eólica destacadamente) están lejos de cumplirse. Y hasta son centro de conflictos, como en el Istmo de Tehuantepec.

Y en cuanto al papel del sector público en el impulso a la minería, la ASF igual tiene material suficiente para evaluar la forma en que los gobiernos panistas entregaron parte del territorio nacional a grandes compañías, especialmente de origen canadiense, de muy mala fama en todo el mundo por su poder depredador y corruptor. En el minero, el gobierno actual tiene igualmente la obligación de enderezar el rumbo en busca de la sustentabilidad y en beneficio del país.