Es problema grave de salud pública; fármacos no son primera opción en tratamiento
Sábado 16 de marzo de 2013, p. 34
El insomnio forma parte de la vida cotidiana de una tercera parte de la población en México. La mayoría no recibe atención médica para controlarlo, aunque es un problema de salud pública grave. Las personas que no duermen bien, tampoco descansan, y al menos 30 por ciento de los accidentes de tránsito es de individuos que se quedan dormidos en el volante, afirmó Armando Castorena Maldonado, jefe de la Clínica de Sueño del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
En entrevista con motivo del Día Mundial del Sueño (15 de marzo), el especialista señaló que si bien 7 por ciento de los afectados reconoce que consume algo
para poder dormir, generalmente es por automedicación, y eso también es un riesgo sanitario, por el peligro de desarrollar dependencia a las sustancias.
De hecho, dijo, el consumo de medicamentos casi nunca es la primera opción en el tratamiento clínico. Los médicos sólo los recomiendan en pacientes específicos, pues la mayoría de los casos de insomnio tiene su origen en malos hábitos para dormir. Cuando éstos se corrigen, el problema desaparece.
También el estrés contribuye a la privación del sueño. Lo normal es que cuando se resuelve la situación estresante, la persona puede dormir, pero si es una condición de largo plazo, el paciente puede desarrollar otro tipo de males, como ansiedad y depresión, advirtió.
Castorena Maldonado explicó que el insomnio afecta a los individuos de diferentes maneras, de acuerdo con la edad. Una manifestación del daño se observó en investigaciones donde se comprobó que el tiempo de recuperación de una infección respiratoria es del doble en quienes padecen insomnio.
Entre los adultos jóvenes, mayores de 40 años de edad, no reconocen el problema y se acostumbran a tener una mala calidad de sueño. Este sector es el que con mayor facilidad recurre a la automedicación, no obstante que la alternativa está en corregir hábitos para dormir.
El experto comentó que cuando por ver televisión o estar en Internet las personas recorren sus horarios de sueño, duermen poco y mal. Lo malo es que al día siguiente se deben levantar a la misma hora.
El consumo de sustancias como café, refrescos de cola, tabaco y otros estimulantes interfiere en el sueño, lo mismo que padecer alguna enfermedad dolorosa e incluso siquiátrica. Castorena aseguró que la mitad de los pacientes con enfermedad mental tiene dificultad para dormir.
Una situación parecida se presenta en los adolescentes, sector que debería dormir nueve horas en promedio al día, pero por el cúmulo de tareas escolares y el tiempo que le dedican a las redes sociales también pierden horas de sueño, lo cual en el largo plazo puede tener repercusiones de otro tipo.
En la tercera edad también se presenta el insomnio, aunque en este caso la sociedad debe saber que a partir de los 65 años de edad se duerme diferente
. En condiciones normales, los adultos mayores tardan más (alrededor de 30 minutos) para conciliar el sueño, despiertan varias veces durante la noche y al día siguiente tienen la sensación de que no descansaron lo suficiente aunque hayan dormido de seis a siete horas.
Castorena comentó que con los adultos mayores es frecuente que una situación de normalidad se confunda con insomnio, por lo que aumenta el riesgo de la medicación excesiva.
Sin embargo, también es posible que haya privación de sueño a causa de problemas emocionales, deterioro cognitivo, demencia y progresión de enfermedades como la diabetes. La escasa actividad física también favorece el insomnio, indicó.
En relación con los medicamentos, subrayó que con el abordaje apropiado se resuelve la mayoría de los casos de insomnio sin necesidad de fármacos.
Mencionó que aunque la investigación científica ha desarrollado moléculas más efectivas y con menor propensión a la dependencia respecto a las terapias tradicionales, el riesgo de adicción siempre existe
, por lo que cualquier producto que se consuma debe ser bajo supervisión médica.
Diversos tipos
De inicio. Hay dificultad para conciliar el sueño.
De mantenimiento. La persona se despierta durante la noche, sin razón aparente y sin ser de la tercera edad.
De término. Despertar a las 4 o 5 de la madrugada, sin posibilidad de volver a dormir.
El manejo terapéutico varía según las causas que lo originen.