Monterrey, NL, 13 de marzo.

Aquí está. Aquí hay un libro con tres personajes que de alguna manera me han enseñado a vivir y lo que la vida significa para enfrentarnos a la muerte mediante la sensibilidad, manifestó el poeta Francisco Hernández en la Feria Universitaria del Libro UANLeer, donde recibió un homenaje por su trayectoria y presentó el poemario Moneda de tres caras, reditado por la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Robert Schumann, Friedrich Hölderlin y Georg Trakl son los hombres que inspiraron cada uno de los extensos poemas, o el trío de largos viajes, que integran el libro del autor veracruzano nacido en 1946. Tres grandes poemas para acceder a tres grandes seres más allá de lo que nos legaron, a esa zona triste e inhóspita de su extravío, señaló Minerva Margarita Villarreal, autora del prólogo del volumen y una de sus presentadoras.

Una música conmovedora, extraordinariamente bella, fue lo que hizo comenzar a girar los versos, Nunca me propuse este libro, afirmó Francisco Hernández al relatar que un paseo en Coyoacán le reveló las notas del cuarteto de cuerdas del compositor alemán Robert Schumann, de quien no sólo encontró la música sino, contenida en una enciclopedia, la vida de este hombre que fue salvado del suicidio, pero no de la locura.

Miro la música de Schumann/ como se ve un libro, una moneda/ o una lámpara, leyó el poeta sus propios versos en el vestíbulo de la Biblioteca Universitaria Capilla Alfonsina, las montañas que rodean la ciudad a sus espaldas, con el caserío extendido junto a las chimeneas humeantes, pintadas en el mural de la sede académica. Yo miro la música de Schumann/ y escribo este poema/ que crece con la noche.

Con el segundo poema, que corresponde a la vida del poeta Hölderlin, pasó algo muy similar, aunque muy distinto: aquí tenía que ver el silencio y la mañana de año nuevo que lo impulsó a tomar un librito con un ensayo de Heidegger sobre el poeta alemán que vivió loco los últimos 36 años de su vida, odiaba su nombre y prefería llamarse Scardanelli.

Francisco Hernández durante la presentación de su poemario Moneda de tres caras, en MonterreyFoto Alondra Flores

Trakl, un poeta retraído

El origen del tercer poema, prosiguió Francisco Hernández, tuvo que ver con un obsequio de Guillermo Fernández, cobardemente asesinado hace un año, quien le regaló una antología de George Trakl, un poeta retraído, que estaba enamorado de su hermana y nunca fue a Borneo. Un hombre sin piel no puede soportar la guerra e intenta suicidarse, murió en 1914 debido a una sobredosis de caspa del diablo. Cocaína, le dijo un dealer, así contó Francisco Hernández.

Otro invitado al homenaje, el narrador y periodista Margarito Cuéllar, destacó que la música no sólo se escucha, sino también se ve. Con la escritura de Hernández, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, se crea una especie de magia que contagia al lector, de tal forma que si es posible mirar la música, no será imposible escuchar una obra pictórica o visual, y agregó que en sus versos podemos encontrar lo mismo un piano cubierto de mariposas blancas, que un río que arrastra 900 violines y a un chelo aplastado por máquinas de guerra.

Francisco Hernández es tan grande que se pone al servicio de la locura para enmendarle una página a la vida, así describió Virrarreal al poeta en la Universidad Autónoma de Nuevo León, lo contrario de la locura habita en estas páginas, haciéndonos creer que ésta brilla sin rumbo y desbocada.