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Artistas del teatro piden investigación justa para el autor intelectual del acto criminal

Alguien más participó en el ataque con ácido, creen Filin y directivos del Bolshoi

Trabajadores de la prestigiada compañía difunden carta abierta en favor de Dimitrichenko

El bailarín fue presionado para que lo hiciera, señala el agredido, desde Alemania

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Anatoly Iksanov, director del Teatro Bolshoi, durante la charla con reporteros, ayer, en Moscú, sobre el bailarín Pavel Dimitrichenko, autor intelectual confeso del ataque a Serguei Filin, director del ballet del BolshoiFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de marzo de 2013, p. 7

Moscú, 12 de marzo.

Mientras los directivos del Bol-shoi y el propio agredido, Serguei Filin, dan a entender que hay alguien más por encima de los tres detenidos por el ataque que sufrió en enero el director de ballet, más de 300 artistas y empleados del teatro más prestigiado de Rusia, entre ellos el presunto instigador cuyo nombre se reservan todos, difundieron este martes una carta abierta en la que piden una investigación justa para Pavel Dimitrichenko, a quien las autoridades presentan como autor intelectual confeso.

Entrevistado por la televisión pública rusa desde Alemania, donde sigue tratamiento de rehabilitación, Filin señaló hoy: Alguien presionó (a Dimitrichenko) para que lo hiciera.

En relación con el presunto autor intelectual, Filin dijo frases tan concisas como demoledoras: Cada momento, cada reunión con Dimitrichenko para mí fue una auténtica amenaza, una demostración de hostilidad, y no quiero callar eso ahora.

Los compañeros de trabajo del acusado tienen otra opinión de él: Después de conocer a Pavel (Dimitrichenko) durante muchos años, estamos seguros de que, a pesar de su carácter temperamental, directo y fuerte, es una persona honesta, compasiva y siempre dispuesta a ayudar, sostienen en su carta abierta.

Agregan: La sola idea de que pudiera ser el instigador y autor intelectual de un crimen tan cruel es absurda, y también se resisten a admitir que las diferencias con Filin, respecto de su dirección artística y su política de personal en la compañía, hayan podido salirse del marco de la ley.

Piden comisión especial

Los firmantes de la carta, dirigida entre otros al presidente Vladimir Putin, aseveran que Dimitrichenko aceptó su culpa bajo fuerte presión policial y creen que es cierto que él nunca ordenó rociar el rostro de Filin con ácido, lo cual le provocó quemaduras de tercer grado y pérdida significativa de la vista en ambos ojos.

Piden, por tanto, que se nombre una comisión especial que pueda realizar una investigación honesta e imparcial de la tragedia que le sucedió a Sergei Filin, porque están convencidos de que la procuraduría sacó conclusiones apresuradas y sus pruebas no son concluyentes.

Ante las cámaras de televisión, Dimitrichenko reconoció la autoría intelectual de la agresión a Filin, pero cambió su declaración al día siguiente, endosando al autor material, Yuri Zarutski, la responsabilidad de arrojar ácido al rostro de Filin.

Dimitrichenko asegura que sólo quería que el agresor le diera una paliza al director de ballet del Bolshoi, lo cual no habla bien de sus cualidades morales, aunque pretende que se le juzgue por la intención y no por las consecuencias de un crimen no cometido, si se llegara a aceptar su versión.

Por su parte, Zarutski, con un largo historial de antecedentes penales, asumió toda la responsabilidad y niega que Dimitrichenko le haya pagado por lesionar a Filin.

Al margen de que estén o no implicadas más personas en la brutal agresión a Filin, expertos en el código penal ruso coinciden en señalar que si Zarutski puede convencer a una corte en el sentido de que se extralimitó por decisión propia y sin cobrar por ello, los tres detenidos estarían en condiciones de recibir una condena menos severa.

Pero al carecer Zarutski de motivos para la agresión, también piensan que difícilmente un juez estará de acuerdo con su explicación del crimen.

Tampoco es claro si los directivos del Bolshoi y el propio Filin tienen indicios serios de que hay alguien más implicado o tratan de aprovechar la tragedia para deshacerse de un adversario influyente al interior de un teatro dividido en clanes y con artistas enfrentados por intereses económicos.