Principal violación a las garantías de género: asociaciones
Martes 12 de marzo de 2013, p. 16
Las asociaciones Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide) y Sin Fronteras advierten que la violencia sexual contra mujeres migrantes en tránsito se ha convertido en la principal violación a los derechos humanos contra el género en el país.
En la transmigración, indican, son objeto de actos violentos como prostitución forzada, trata de personas con fines de explotación sexual o laboral, abusos sexuales y violencia física, sexual o sicológica ejercida por su pareja, familiares, compañeros, guías y autoridades.
Aunque no hay cifras exactas de niñas y mujeres víctimas de violaciones a sus derechos humanos, Amnistía Internacional estima que seis de cada 10 mujeres migrantes sufren abuso sexual durante su viaje hacia Estados Unidos.
En el más reciente estudio de Incide y Sin Fronteras, denominado Construyendo un modelo de atención para mujeres migrantes víctimas de violencia sexual en México
, indican que del total de féminas que participan en la transmigración en el país, 16 por ciento son menores de 18 años, y 82 por ciento están en los niveles de edad que van de 18 a 45 años; otro 2 por ciento son mayores de 46 años.
Según cifras oficiales, el número de migrantes crece: en 2011 involucraba a 62 mil 85 personas; para 2012, sólo de enero a septiembre, se registraron 65 mil 866. En esos años se encontró que las mujeres tienen una participación de 13.8 por ciento y 13.1, respectivamente.
En el estudio se indica que la violencia contra los y las migrantes se agrava cada día, y es en territorio mexicano donde ocurren las agresiones más graves contra migrantes de Centroamérica, en su recorrido hacia Estados Unidos.
Las causas que han creado y promovido una serie de situaciones que agudizan la vulnerabilidad de los migrantes son, entre otras, el cierre de las fronteras y el endurecimiento de los controles migratorios. Pero también la transmigración se ha convertido para el crimen organizado y delincuentes comunes en negocio muy lucrativo en varios sectores de la economía criminal.
En las ciudades y sitios semiurbanos a lo largo de México, existen un gran número de bares, antros, burdeles, hoteles y otros que son utilizados como puntos de prostitución forzada. El secuestro de mujeres migrantes en muchas ocasiones se orienta al abastecimiento de estos lugares, aunque también son secuestradas para que sus amigos y familiares paguen la extorsión
.
Además de ser víctimas del crimen organizado, lo son por agentes del Instituto Nacional de Migración. instituto ha tenido una participación preocupante (en la violación a sus derechos); tal es el caso del registro de quejas que en 2012 han presentado las y los migrantes centroamericanos por violaciones a sus derechos humanos. En los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas hay una mayor incidencia en dichas violaciones en comparación con el resto del país
, señalan.