Cambios en el gabinete
Oxígeno a los menos
Cien días de evaluación
icen en los corredores del edificio que alberga al Gobierno del Distrito Federal que para varios funcionarios el tiempo se acabó. Juran que después del acto con que se celebrarán los primeros cien días de la administración Mancera se operarán cambios en algunas dependencias del gobierno.
Parece que las calificaciones de algunos miembros del gabinete no son tan satisfactorias como esperaba el mandatario capitalino, y se habla de dar oportunidad a muchos políticos que no estuvieron incluidos en el plan de trabajo del primer esbozo de equipo de Miguel Ángel Mancera.
Hay algunos que maduraron, dicen; otros que confirmaron su buen quehacer en las filas del gobierno, y unos que no han dado el estirón, a quienes se les acabó el tiempo para mostrar por qué fueron llamados al gabinete.
Para ellos, aseguran, ya no hay futuro. No entendieron que el gobierno de Miguel Ángel Mancera requiere de ideas nuevas, originales y, de ser posible, hasta de izquierda. Los que sólo se han manejado desde las inercias de los programas del gobierno anterior no tendrán una nueva oportunidad. Bueno, casi todos. Los menos recibirán un bono extra de vida burocrática para seguir operando, pero ese bono es un tanque de oxígeno muy pequeño que no va a reponer el jefe de Gobierno.
Ya hay quienes están conscientes de su suerte; uno de ellos, nos aseguran, es el secretario de Trabajo, Carlos Navarrete, a quien ya ni siquiera le contestan el teléfono en la jefatura de Gobierno. Y no se trata de una venganza contra su tribu, Nueva Izquierda, sino de la inoperancia del funcionario, que no da color.
Caso parecido es el del secretario de Protección Civil, Fausto Lugo, de quien se dice que no atinó a encontrar un plan de acuerdo con las instrucciones que le expuso Mancera. Como esos dos nombres hay otros de niveles importantes que están en el banco de reprobados, pero, como ya se dijo, podrían contar con ese tanquecito extra que les permitirá, si son capaces, demostrar que pueden seguir en sus encargos.
De todas formas, lo que se da por cierto es que Mancera agitará las ramas para que las manzanas que no sirven caigan del árbol que quiere mantener sano. Lo fundamental es que la decisión está tomada y que, en el ámbito de la política local, puede señalar dentro del gabinete que nadie ni nada salvará a quienes no sirvan, y que la única línea de mando en el gobierno es la de Mancera, por lo que no se habrán de tolerar desvíos que frenen el quehacer del gobierno.
De ser ciertos estos rumores, pronto se tendrán noticias del perfil de gobierno que muchos funcionarios, y gente común, andan buscando. Miguel Ángel Mancera está convencido de que este es el momento para imponer, dentro del equipo de gobierno, reglas que advertirán las medidas de la cancha donde habrán de trabajar. En pocas palabras, Mancera es quien manda y lo habrá de dejar bien claro. Tal vez sea cierto.
De pasadita
No hay remedio: Esther Orozco se irá mañana de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que ha mantenido secuestrada desde hace ya mucho tiempo.
Se ha llegado a extremos, en este lío, de confundir la autonomía universitaria con la sobrevivencia de los intereses de la señora Orozco. Quienes la defienden aseguran que la señora y su rectoría significan salvar la autonomía de la casa de estudios.
Como desde siempre, la confusión y la mentira son las armas con las que la señora Orozco y sus orozquitos pretenden mantener el secuestro administrativo de la escuela. Hoy las partes involucradas en el análisis de este conflicto habrán de fijar su postura, sin que ello signifique violar la autonomía, sino preservar la vida de la institución educativa. Así que habrá de entender de pe a pa cualquier decisión que se tome, porque seguramente se habrá de actuar con justicia. Nada más.