aya devoción que sienten los fanáticos por sus Tigres! Se les considera la mejor afición de México, se llaman la Nación Tigre y ahora presumen de que hacemos invasiones, por lo realizado el sábado pasado en San Luis, donde convirtieron al Alfonso Lastras en una sucursal del Volcán.

Si los apoyaron hasta cuando perdían y sólo peleaban por no descender –algo muy difícil de entender para los que no están imbuidos de esa pasión–, qué podría esperarse en estos años de vacas gordas, en la que el equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León no suelta el liderato general y junto con Atlas y Santos son los que se muestran como equipos verdaderamente compactos.

Ricardo Tuca Ferretti es conocido como un técnico que da prioridad al aspecto defensivo, pero con los Tigres encontró además a elementos ofensivos que dan equilibrio al conjunto y son desde ya un serio aspirante al título, para que sus fieles sigan invadiendo plazas de clubes en desventura, como los ahora llamados Reales, que son el único equipo sin triunfo luego de 10 largas jornadas.

El lado contrario es el triste y gris Cruz Azul. El primero en mostrar vergüenza por irle a La Máquina fue Carlos Hermosillo, quien en un programa de televisión salió con una bolsa de papel en la cabeza. Le siguieron los escasos seguidores que asistieron al estadio Azul ante Jaguares y que a gritos pidieron la salida de Memo Vázquez, exigieron que sus jugadores pusieran más entrega en cada acción –porque estos celestes parecen no tener sangre–, y que como único desquite por 30 años con un solo título lanzaron piedras al camión que llevaba los bultos cementeros.

Mientras los Tigres jugaron como locales en cancha visitante, Vázquez se quejó de que aquí nunca hay apoyo y es ahí donde surge el dilema: los equipos se ganan los aplausos o la tribuna debe apoyar hasta en tiempos de vacas flacas.

El América sigue en tercer lugar general, pero las fisuras en la defensa cada vez son más evidentes. Y surge entonces el extraño caso de Francisco Rodríguez, que podría llamarse su segunda transformación.

Cuando militaba en las Chivas, el Maza era un defensa calificado de tronco, pero a todos sorprendió su cambio en el futbol europeo. Con el PSV y el Stuttgart evolucionó a un zaguero impasable, certero en la marca y efectivo en el juego aéreo.

Sin embargo, los aires nacionales parecen sentarle mal y con la camiseta amarilla está regresando a ser ese jugador errático, lento y que llega tarde a las pelotas, lo que se junta con un irregular Aquivaldo Capitán de Agua Mosquera; ambos dejan muchos huecos que el joven Diego Reyes no puede cubrir.

Un hecho destacado de la jornada fue que Federico Vilar dejó su marca en 187 partidos consecutivos. Tuvo que ser una tarjeta roja la que rompiera la racha del portero argentino, que en algunos encuentros pasa de atajadas sublimes a errores imperdonables, provocados sobre todo por soberbia, no por falta de calidad.

Sin embargo, técnicos como Tomás Boy y Rubén Omar Romano lo mantuvieron a pesar de todo, tal vez por su entrega durante los entrenamientos, su liderazgo y por el camino de escollos que tuvo que andar, desde aquellos años que le prometieron que venía a la primera división mexicana, pero sin ningún reparo lo mandaron a un club llamado Zitácuaro.

La zona baja está que arde. Muchos apostaban por el descenso del Querétaro, pero los Gallos rompieron las quinielas –en este nuestro balompié donde todo es posible– y obtuvieron tres puntos de oro en casa del campeón Xolos, que los acercan a sólo seis unidades del San Luis y con el duelo directo entre ambos, en la fecha 15 en La Corregidora.

El Tijuana apuesta todo a la Copa Libertadores, donde marcha con marca perfecta de tres triunfos, el más reciente sobre el campeón mundial Corinthians en el estadio Caliente, donde reapareció Hugo Sánchez, tal vez para que alguien se acuerde de él en estas épocas en que varios técnicos (Gustavo Matosas, José Cruz, Memo Vázquez, Carlos Morales, entre otros) tienen la soga al cuello.

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