El escritor y promotor cultural presentó su novela Zopencos en el Palacio de Bellas Artes
Sábado 9 de marzo de 2013, p. 3
La novela Zopencos, del escritor y promotor cultural Antonio Calera-Grobet, describe la forma en que las generaciones de clase media desde hace 50 años acceden a la cultura.
El autor aborda las referencias a la cultura popular, las leyes no escritas de la amistad, la tensa relación con la autoridad y la estabilidad emocional de los adolescentes, así como la construcción de una geografía simbólica vinculada con el imaginario del barrio.
Así definió el escritor Javier Raya el nuevo libro de Calera-Grobet, Zopencos, que se presentó la noche del miércoles en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes. Publicada por la editorial Ficticia, también fue comentada por los escritores Rodrigo Flores Sánchez y Fausto Alzati.
En su intervención, Javier Raya indicó que el libro –donde el autor comparte periodos importantes de su vida– logra de manera ágil y divertida narrar un inventario de historias entrecruzadas con un ritmo semejante al que se adquiere en una buena borrachera con los amigos.
Ciudad y cultura de masas
La escritura de la novela fluye en los recuerdos de una banda de amigos y sus vidas en el norte de la ciudad. El narrador describe las aventuras de los personajes ocurridas en el callejón de Loros, en los años 90. Es la afirmación antinostálgica de que los tiempos mejores del futuro ya se han ido hace mucho.
“Como si se tratara de un mercado de pulgas, Antonio procede a través de inventarios a restituirnos películas, nombres de canciones y referentes de la ciudad y de la cultura de masas que probablemente quedarán en el olvido en pocos años.
“El libro es una divertida e irónica balada por todos los amigos que se convirtieron en adultos y por los niños internos que aún se emocionan por lo mejor que hay en el mundo: los hotcakes con miel por la mañana, acompañados de huevo con tocino, mientras se ven las caricaturas”, comentó Javier Raya.
A lo largo de las páginas de la novela y de los recuerdos del autor, transcurren las experiencias de sus personajes Veiporrub, Pato feo, Paiger, El papanatas, El guasón, El rana, El cacahuate garapiñadou, El mingitorio siniestro, El oransh crash, El enano tatú y La chaw chaw, entre otros integrantes de este peculiar grupo que Calera-Grobet califica como zopencos.
En la presentación del libro, Antonio Calera-Grobet precisó que el mayor reto que se impuso fue crear un texto que el lector terminara de leer, por tal motivo evitó la floritura literaria y el lenguaje extremadamente académico.
No hay mayúsculas ni puntos y aparte, quería derribar esa figura canónica de la caja del libro para hacerlo mucho más generoso. Dejar la pluma como en un tobogán, donde el lector pudiera fluir libremente sin necesidad de tener un diccionario o un bagaje de referencias, pero no quiero decir con esto que sea una pieza ligera
, precisó.
“Zopencos –dijo el autor– es una novela dedicada a los amigos de la infancia de Santa Mónica, que después de tantos años son mis amigos de la infancia. Nunca nos volvimos a ver como antes, como debe de ser, porque somos muy distintos, pero lo que ahí se vivió marcó este libro.”