Los dos aspiran a contender de nuevo por un título mundial
Perdimos los cintos en situaciones injustas, afirma el boxeador capitalino
Miércoles 6 de marzo de 2013, p. a15
Cuando Édgar Sosa suba al cuadrilátero el próximo sábado, para enfrentar a Ulises Archi Solís, estará en juego no sólo la oportunidad de regresar a los títulos mundiales, sino el capital de vida de ambos peleadores.
Sus historias corren de forma paralela: se enfrentaron un par de ocasiones cuando apenas tenían un puñado de combates –la victoria fue para Solís– y años después perdieron sus títulos en condiciones inesperadas. Sosa por un cabezazo del filipino Rodel Mayol, Archi por una presunta agresión de Saúl Canelo Álvarez. Se fueron de los campeonatos con el ánimo y el rostro partidos.
Los dos fuimos víctimas de las injusticias que a veces ocurren en el boxeo; no perdimos en pelea contra un contrincante que fue mejor que nosotros, sino por situaciones que nada tienen que ver con la competencia limpia, no fue de ley
, dijo Sosa.
El regreso no ha sido fácil para ninguno: requirieron meses para recuperarse de sus lesiones faciales. El sábado será la eliminatoria para disputar el cinto mosca del Consejo Mundial de Boxeo.
Sé que estoy en el último tramo de mi carrera y de lo que suceda este fin de semana dependerá mi futuro
, reconoció Sosa.
Estamos arriesgando mucho para volver a tener una oportunidad de campeonato del mundo; ninguno piensa en una derrota, pero siempre existe esa posibilidad; está en juego nuestro futuro.
Pese al riesgo que decidieron correr, al enfrentar a un púgil con la misma urgencia de regresar a las grandes carteleras, Sosa está seguro de que al final el boxeo debe ser siempre así: una prueba en la que se expone todo durante varios asaltos.
Ya estaba en la antesala como retador, pero decidí asumir este reto de enfrentar a un peleador difícil; esto beneficia la seriedad del boxeo, será una pelea interesante porque no sólo nos jugamos una oportunidad para volver, sino el futuro
, agregó.
Minutos antes, en la conferencia del CMB, Solís charló brevemente vía telefónica. Ante la duda de si estaba recuperado de la doble fractura en la mandíbula como para resistir los golpes de Sosa, el tapatío aseguró que no sólo estaba en condiciones de soportar castigo, sino además para que la próxima quijada rota fuera la de su rival.
Sosa sólo sonrió y se acentuaron sus pómulos, uno de los cuales está reforzado por una placa de titanio por aquel cabezazo que le arrebató un campeonato.