La lesión que sufrió durante el partido contra el América anímicamente me mató, confesó Christian Chaco Giménez, quien viajó ayer a Guadalajara para ser evaluado por el doctor Rafael Ortega, con la esperanza de evitar una operación.

El delantero dijo que el pasado lunes fue uno de los días más tristes, porque la noticia no es la mejor, y aparte no me duele tanto la lesión, sino me duele más no poder estar en los siguientes partidos del Cruz Azul.

Entrevistado en el aeropuerto capitalino, cuando un equipo alternativo de La Máquina viajó a Guadalajara para su compromiso de hoy en el torneo de Copa, Giménez aceptó que es probable que la ruptura de ligamento en la rodilla sea parcial y no total.

Pero realmente no me quiero apurar. Se puede decir algo ahora y en la noche puede salir otra cosa. Voy con muchas esperanzas, soy positivo, que sea lo que Dios quiera. Lo único que van a cambiar son los meses de recuperación, pero las ganas que le voy a echar serán las mismas.

Siempre que hay una lesión fuerte, explicó, la rodilla está más inflamada y ayer le amaneció un poco desinflamada, y eso es buen síntoma.

El médico del Cruz Azul, Alfonso Jiménez, indicó que analizará con su colega Ortega los estudios que se le realizaron al Chaco, aunque aparentemente hay una lesioncita, pero vamos a valorarla y determinar el tratamiento.

Dijo que podría haber una ruptura parcial del ligamento; en caso de confirmarse la rehabilitación llevaría entre dos y tres semanas.

Chaco esperaba tener anoche la evaluación, porque la ansiedad y los nervios me están jugando una mala pasada, y en caso de requerir de una cirugía, se realizaría hoy mismo.

El mediocampista argentino señaló que acude con Ortega porque tiene mucha confianza en él, fue el que me operó las últimas dos veces la rodilla.

Cuestionado por qué no abandonó el encuentro del sábado, si estaba lastimado, respondió que se sentía bien, y dejó en claro: No quiero que digan que me gusta vender humo por esas cosas, no. No quise salir porque no pensé que era tan grave, estábamos jugando un clásico. Sentía dolor, pero podía seguir jugando, así que por eso no quise salir.