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México: del antiguo régimen a la modernidad, título del libro más reciente del historiador

El PRI no tiene el mínimo interés en la democracia, afirma Semo

El interludio de 12 años de la derecha en el gobierno demostró la incapacidad del PAN, manifiesta a La Jornada

El grupo actual en el poder quiere reditar la tradición de la ideología del hombre a merced de las fuerzas mercado

Los cambios sólo benefician a una élite, dice

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Enrique Semo en su casa, ayer, durante la entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de marzo de 2013, p. 4

El PRI que se encuentra en estos momentos a cargo del gobierno en el país es pura y esencialmente el partido del neoliberalismo y la ideología única, el cual no tiene el mínimo interés en la democracia, afirma el historiador Enrique Semo.

A propósito de la aparición de su libro México: del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y revolución (coeditado por las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma de Ciudad Juárez), el autor añade en entrevista que “el brevísimo interludio de 12 años de la derecha mexicana clásica, es decir, histórica, en el poder, demostró la increíble incapacidad del PAN. Pensábamos que ese partido tenía herencias liberales, democráticas, después de luchar contra el sistema de partido único, y que podría dar ese vuelco hacia la democracia, si no con los intereses populares, sí con los intereses nacionales, pero no tienen nada que dar.

Es cierto, el PRI no es la derecha, pero es la raíz y la razón del partido único en la historia del sistema político mexicano. Tuvo una duración de casi 80 años, y ahora quiere reditar, modernizada, esa tradición: la ideología del hombre soltado a las fuerzas del mercado, es decir, una modernidad dependiente, donde el pueblo no participa con ganancias claras, como fue la modernidad de Europa. Aquí todos los beneficios de los cambios son en favor de una pequeña élite.

Los mexicanos de Forbes

La Jornada –prosigue Enrique Semo– publica este martes la lista de Forbes en la que se encuentran conciudadanos entre los principales millonarios del mundo. Ese tipo de mexicanos están encantados y emocionados por lo bien que les ha ido en los recientes 35 años, pero la mayoría del pueblo ha recibido muy poco de los frutos de esa modernización.”

Por desgracia, continúa el ensayista, una revolución en el país hoy sería contraria a las fuerzas que animaron las tres anteriores, pues estamos “en una época de triunfo de la reacción en la historia. Una revolución en México sería contraria al desarrollo del mundo, las fuerzas reaccionarias son muy fuertes.

“La revolución de Independencia fue algunos años después de la Revolución Francesa. La segunda revolución en el país se llamó Reforma y fue en la época de la gran revolución continental, de la crisis entre el sur americano terrateniente y el norte industrial, y la gran Revolución de principios del siglo XX fue una ola revolucionaria que se estaba dando en Rusia, China, Persia, Hungría, Turquía.

Ninguna de esas tres revoluciones, no obstante las esperanzas y utopías que tuvieron, logró impedir nuestra dependencia con respecto a los países altamente desarrollados en el capitalismo. Sólo hubo algunas modificaciones, pero no se logró hacer desaparecer nada. México es ahora más dependiente que nunca, dentro de un bloque en el que nuestra nación es el ratón y los otros países los gatos.

Enrique Semo señala que la historia nacional ha sido siempre “de mucha violencia, en primer lugar del Estado contra los trabajadores; durante la Colonia se expresó en conquista y con la represión a las luchas populares; en siglo XIX es el Estado el que dice acabemos con las comunidades, sobre todo en el periodo de Porfirio Díaz, al expropiar tierras con el argumento de que el indio no merecía tenerlas, y si no aceptaban la consigna era ‘mátalos en caliente’.

En ese sentido, vivimos cierta repetición. Pero da la impresión de que las élites económicas y políticas son totalmente inconscientes del constante terror de la situación, de las perspectivas de la juventud, de las protestas de origen popular, del desempleo, lo cual es una suma de afrentas que necesariamente tendrán su expresión.

Dudas por comicios de 2006 y 2012

Enrique Semo, fundador de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, considera que “los historiadores no debemos trabajar sólo con el pasado, sino con el futuro, porque si bien la historia tal cual no se repite, enseña muchas cosas. Al escribir un libro de historia se escribe al mismo tiempo uno de esperanzas, de visión del futuro.

“Una historia que no es concebida como una relación dialéctica entre pasado, presente y futuro es limitada. La historia que busca verdades en el pasado y en el presente puede ilustrar las diferentes posibilidades que entraña el futuro.

En este sentido, todo es posible en el país, hasta esa democracia que es negociación entre intereses contrarios y que cuando el pueblo participa organizadamente es una democracia que puede lograr muchos de sus objetivos por la vía no violenta. Pero evidentemente quienes están al frente del poder no tienen ningunas ganas de democracia participativa, pues ni siquiera han respetado los principios de la democracia representativa, dadas las elecciones de 2006 y 2012 que presentan, cada una a su manera, serias dudas sobre la posibilidad de un fraude gigantesco, concluye el investigador.

El libro México: del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y revolución, de Enrique Semo, será presentado hoy a las 19 horas en el foro de la Librería Siglo XXI (calle Cerro del Agua 248, colonia Romero de Terreros), con la participación de Antonio Ibarra, Leonardo Lomelí, Víctor Orozco, Leticia Reina y el autor.