Sufrió, pero derrotó a Estados Unidos en el clásico duelo por la supremacía del área
Tras empatar 1-1 se fueron a tiempos extras; aparecieron Julio Gómez y Jorge Espericueta para dar la victoria
El plantel, integrado por monarcas Sub-17, disputará la copa en Turquía
Lunes 4 de marzo de 2013, p. 2
Puebla, Pue., 3 de marzo.
El Tricolor ganó el título del premundial Sub-20 de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol (Concacaf) rumbo al certamen de Turquía en junio próximo. Fue sufrido, se coronó 3-1 en tiempo extra ante el representativo de Estados Unidos, pero lo hizo con devoción, de forma apasionada y con la firma de una generación que integró al monarca de la Copa Sub-17 en 2011.
Un gol sorpresivo a los cuatro minutos puso en ventaja a México, con una jugada de Jesús Manuel Corona que sorprendió a los estadunidenses, pero al minuto nueve un error en la zaga se convirtió en un penal que empató el encuentro, con cobro de Benjamín Joya. Luego vino el esfuerzo y la lucha que llegó a los tiempos extras.
El partido era complicado y muy peleado hasta que Julio Gómez anotó con una chilena, réplica de aquella que hizo en 2011, cuando el equipo fue campeón del mundo en la categoría Sub-17.
Gómez tiene fibra de héroe, personalidad y corazón listo para entrar en momentos decisivos. En el Mundial Sub-17 jugó con la cabeza rota, vendada, para hacer una hermosa chilena que dio la victoria sobre Alemania y el boleto a la final. Hoy en el estadio Cuauhtémoc repitió la dosis.
Ya inspirados por la supremacía, los pupilos de Sergio Almaguer demostraron mejor idea y mayor técnica que los rivales, quienes tuvieron signos de desesperación. Los estadunidenses se tornaron rijosos, violentos. Una jugada de peligro fue anulada por la ira de los rivales, que cometieron un par de faltas excesivas que costaron un penal y la expulsión de Shane O’Neill en el segundo tiempo extra.
El cobro fue furioso de Jorge Espericueta, quien firmó el 3-1 final. Y ahí terminó todo para los estadunidenses. Los mexicanos todavía sufrieron la anulación de un gol válido anotado por Escoboza.
Aunque los equipos tenían ya el boleto para el Mundial asegurado, la redición del clásico de Concacaf atrajo la atención de los aficionados en Puebla, que hicieron una buena entrada.
El Tri empezó con el voltaje máximo: al minuto cuatro Corona disputó cara a cara contra el arquero Cropper y resolvió con finura artesanal para anotar el primer tanto.
Luego los mexicanos tuvieron un subidón de electricidad en la cancha y Corona se volvió un verdadero demonio para los estadunidenses. Al minuto seis obligó a Cropper a lanzarse por su costado y la pelota apenas rozó el arco.
Sin embargo, al minuto siete Estados Unidos tuvo un chispazo de lo que tenía guardado: en un arribo al área, Daniel García estuvo a punto de marcar, pero Hedgardo Marín salvó al Tri repeliendo casi en la línea de gol.
Esa fue la advertencia de que en cualquier momento las cosas podían cambiar de curso. Al minuto nueve, Marín no encontró mejor recurso para defender que suplantando las labores del arquero y se lanzó para tapar un tiro con el cuerpo. El árbitro no dudó en señalar penal. El cobro fue certero en un disparo raso de Joya que igualó el marcador 1-1.
Corona estuvo a punto de anotar el segundo del Tri cuando llegó sin marca al área estadunidense y ante el arquero resolvió con muy mala puntería.
Tras el descanso, volvieron con los bríos renovados y el juego fue un constante vaivén, aunque con dominio mexicano.
Al 58 en una jugada de pizarrón, O’Neill se coló al área mexicana, Francisco Flores lo enganchó y lo derribó, pero el árbitro no concedió el penal.
Al final los chicos otra vez tuvieron un desenlace épico.
Antes se disputó el tercer lugar. Roberto González anotó el tanto con el que El Salvador venció 1-0 a Cuba.