El papel de víctima de ninguna manera se le puede asignar a Cruz Azul en el duelo contra el América, porque en este tipo de partidos no juegan las estadísticas, no juega la tabla general, indicó ayer Gerardo Torrado, mediocampista de los cementeros,.

La Máquina llegará al encuentro del sábado en el estadio Azteca con una racha negativa, cuatro partidos sin ganar, pero Torrado recordó que estos compromisos son diferentes, y hay que entenderlos y jugarlos como tal. Entonces, en la cancha, los 11 que estén tienen que salir a morirse y buscar ganar como sea.

Al recordarle, en la rueda de prensa en las instalaciones de La Noria, que los americanistas se ven como favoritos, comentó: Hay que jugar, las camisas no juegan; y si son favoritos, tendremos que ir al Azteca a demostrar que podemos ganar y podemos hacer un buen partido.

–¿Ustedes comentan qué sucede con el equipo?

–Creo que cada quien hace un autoanálisis para ver lo que puede mejorar y, al superarnos individualmente, en lo colectivo se nota enseguida. Entonces, tenemos que retomar las cosas simples, hacerlo lo más fácil posible, que muchas veces es lo más difícil en el futbol, pero retomando la pregunta, estoy convencido de que el equipo estará otra vez muy bien parado, que ha sido una de sus característica, y luego las opciones de gol llegarán por sí solas.

–La presión que se genera, ¿es lo que no permite hacer las cosas sencillas?

–Hay que tener calma, porque a lo mejor el partido de Puebla parecía que éramos muy buenos (al golear 4-0), y ahora que no hemos ganado parece que el equipo está muy mal. Entonces, hay que tener mucha tranquilidad, no volvernos locos, simplemente hacer algunas cosas que dejamos de hacer, y estoy convencido que los resultados se volverán a dar.

Puntualizó que no se encuentran preocupados, porque finalmente es un juego. Obviamente tienes una gran responsabilidad por representar a una gran institución, pero no podemos perder de vista que es un juego, y lo tenemos que disfrutar y no estar preocupados.

Invitó a los aficionados a que vayan a disfrutar el encuentro. Es un espectáculo, que no haya violencia; que entiendan que los 22 jugadores en el campo salen dar lo mejor de sí, para poder dar una satisfacción a los seguidores de sus equipos.

Y aunque aceptó que hay partidos a los que no llevaría a su familia, no cree que la violencia tenga secuestrado al futbol mexicano. No siento que en este momento sea un tema tan delicado. Si se corta cuando recién empieza es mucho más fácil erradicarlo que si lo dejas crecer.