Riesgo muy grande de rebaja: analistas
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 33
Londres, 27 de febrero.
La agencia de calificación Fitch amenazó con retirar a Estados Unidos la nota triple A –la máxima calificación de solvencia crediticia–, según un análisis publicado hoy por la agencia, cuando faltan dos días para que se activen de forma automática recortes presupuestarios en Estados Unidos por 85 mil millones de dólares. Mientras se acerca el plazo, las posiciones se endurecieron entre el presidente Barack Obama y los líderes republicanos del Congreso sobre la crisis presupuestal, pese al pacto de mantener conversaciones.
La pérdida de la mejor nota se da por segura si la mayor economía del mundo no llega a un acuerdo a tiempo para subir el techo de la deuda, advirtieron los analistas financieros en un informe. Fitch considera que hay un riesgo muy grande de rebaja.
La amenaza de los recortes presupuestales que se avecinan en Estados Unidos debilita más
las posibilidades del país para sanear sus cuentas públicas y conservar su triple A, indicó Fitch en un comunicado.
La aplicación de recortes automáticos no provocará una rebaja de la nota de la deuda del país. Pero tal escenario debilita aún más las posibilidades de un acuerdo a tiempo sobre las otras medidas de reducción del déficit necesarias para conservar la nota AAA
, subrayó la agencia.
Si no se logra un acuerdo en Washington, por ley entrarán en vigor a partir del viernes recortes por 85 mil millones de dólares del presupuesto hasta setiembre, cuando finaliza el año fiscal.
En ausencia de un plan a largo plazo, Fitch considera que la deuda pública del país podría alcanzar 110 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en la segunda mitad de la década, nivel que la agencia considera incompatible
con el mantenimiento de la triple A.
Estados Unidos cuenta todavía con la máxima calificación AAA
de Fitch, pero con perspectiva negativa, al igual que la agencia Moody’s, mientras que la otra agencia, Standard & Poor’s, ya retiró al país la mejor nota en agosto de 2011, debido al estancamiento político durante la discusión sobre el techo de la deuda.