Los Zorros sorprenden con el subliderato
Llegan con derrotas al clásico joven
on el sorpresivo subliderato general, el Atlas parece un auténtico zorro en el gallinero. La continuidad, ya se sabe, es una de las claves para formar un conjunto, pero pocos hubieran criticado a la tan censurada directiva rojinegra si el torneo pasado hubiera despedido a Tomás Boy, que no consiguió ninguna victoria durante su relevo.
Fueron 11 partidos de pesadilla para el Jefe Boy, más el de la jornada uno de la actual campaña. Pero a partir de entonces el ascenso rojinegro es incuestionable y –salvo que pasara uno de esos hechos ilógicos que caracterizan al futbol mexicano– su permanencia en el máximo circuito está garantizada un año más, para beneplácito de sus sufridos y fieles aficionados, que sólo presumen una estrella entre tantos sinsabores.
El Querétaro no pudo ganarle ni en su propia casa, pese a la desesperación del directivo Adolfo Ríos, quien llegó a hablar de corrupción, que propiciaría el descenso de su escuadra. Y hasta los propios Gallos lo tienen tan contemplado que ya se habla de que mantendrán la base para regresar de inmediato al máximo circuito.
Mientras, los Zorros, aun con sus problemas de pagos, se codean con los ricos, sólo abajo de los superlíderes Tigres y arriba de un América que fue víctima de su mala puntería y de la velocidad del Santos.
Emanuel Villa parece ser el goleador que le hacía falta a Tigres, además de que anda con deseos de revancha luego de su mal paso con los Pumas. El Tito ha respondido, vapuleó a su ex equipo cementero y marcha como líder artillero, pero habrá que verlo en los partidos importantes. En este espacio se ha insistido que el argentino desaparece en esos momentos.
Cruz Azul, como desde hace tres largas décadas, es un equipo sin alma. Es un conjunto que arrastra el apodo de Máquina y a los que tienen poder de decisión no les importa. Muchos critican la carencia táctica de Guillermo Vázquez, a lo que habría que agregar unos jugadores apáticos, a un Alberto Quintano que fue un gran central, pero es un pésimo directivo, y a un Alfredo Álvarez más preocupado por las cuentas de la cooperativa.
Esta semana se les presenta una inmejorable oportunidad de enmendar el camino, con el llamado clásico joven. Cementeros y Águilas llegan con derrota a cuestas y este partido podría levantarlos o perjudicarlos más.
Los Pumas están de regreso, dicen sus aficionados. No es para minimizar sus cinco partidos al hilo sin derrota, aunque la victoria sobre San Luis no significa mucho. Los Reales necesitan más que un cambio de técnico para despertar, por lo que el uruguayo Carlos María Morales deberá ser un auténtico mago para levantar a un cuadro potosino que sólo exhibe sus penurias en la cancha y es el único que aún no gana después de ocho fechas.
El otro relevo de la jornada, el argentino Carlos Bustos, sí debutó con una victoria. Su compatriota Rubén Omar Romano sigue esperando la explicación de su despido del Morelia (propiedad de Tv Azteca). Se dice que fue por acudir a un programa de Fox Sports, la señal que rompió el dupolio televisivo en el futbol mexicano, a lo que el estratega asegura que asistió por una orden recibida.
Se trata de otro traspié para el argentino, quien salió del Santos por hacer señas obscenas a los fanáticos. Entre mate y cigarro, Romano tendrá tiempo para reflexionar que a él lo corrieron, mientras al Maza Rodríguez sólo lo multaron por algo similar y al Chispa Velarde y Luis Tejada les impusieron una sanción económica por otro gesto de ese tipo.
Carlos Bustos, por su parte, fue auxiliar de Tomás Boy. El viernes, en el estadio Morelos, contó con el buen tino de Héctor Mancilla, quien con un doblete aseguró el triunfo sobre un Pachuca que había hilvanado buenos resultados.
El Toluca rescató ayer el triunfo sobre Jaguares, con lo que culminó con victoria una semana maratónica y se repuso del mal sabor que le dejaron sus ex jugadores Vicente Sánchez e Iván Alonso en la Copa Libertadores. Con la playera de su amado Nacional, los delanteros recobraron la motivación que les faltaba.
