Lunes 25 de febrero de 2013, p. 31
Madrid. La reforma energética que tiene en marcha desde hace un año el gobierno español representa un revés importante a las políticas de promoción de las energías renovables, alejando el sueño de una menor dependencia energética y dañando la imagen que se había forjado el país en este sector durante la última década. España era líder mundial en energía eólica y solar gracias a un generoso sistema de primas que atrajo inversiones multimillonarias, pero los incentivos menguaron notablemente por decretos dirigidos a neutralizar el déficit de la tarifa eléctrica.