l pasado 6 de febrero, la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM) dio inicio a su año académico y a las celebraciones por su 150 aniversario. Hablar de una organización médica y científica con la trayectoria de siglo y medio no es tarea fácil. Primero porque sus orígenes parecen borrarse en el tiempo. Si bien existen antecedentes de agrupaciones médicas en nuestro país que se remontan al primer tercio del siglo XIX, hay quienes identifican como fundador y primer presidente de esta organización, al doctor Carlos Alberto Ehrmann, médico principal del ejército francés durante la intervención en México, quien estuvo a cargo de la sección médica de la Comisión Científica Literaria y Artística, creada en 1864 por Maximiliano. Un año después, en diciembre de 1865, ocurrió una separación de la mencionada Comisión para constituir la Sociedad Médica de México, cuyo presidente fue el doctor Miguel Francisco Jiménez. En 1873 se formalizó su nombre como Academia de Medicina de México, bajo la presidencia del doctor Lauro María Jiménez y cinco años más tarde, en 1877, adoptó la denominación actual que enfatiza su carácter nacional.
La ANMM es la organización médica más influyente del país. Desde 1912, año en el que el presidente Francisco I. Madero la declaró institución oficial y órgano consultor del gobierno mexicano, esta agrupación ha participado activamente en la construcción de las instituciones médicas y la infraestructura sanitaria con la que cuenta el país. De entre sus miembros, todos médicos prominentes, han surgido gran número de funcionarios y secretarios de salud. Sus criterios de admisión son muy rigurosos y a lo largo de su vida más que centenaria cuenta apenas con mil 100 integrantes.
En el siglo XXI, una agrupación científica con una trayectoria tan añeja, se encuentra inmersa en una lucha permanente entre los cánones impuestos por las tradiciones que podrían llevarla a la inmovilidad, y los cambios vertiginosos que vive la ciencia en el mundo y los que experimenta la sociedad mexicana. En esta lucha, la ANMM ha mostrado signos de una apertura que resulta alentadora.
En abril de 2010, por ejemplo, esta agrupación emitió un pronunciamiento sobre la salud reproductiva y los derechos de la mujer. Eran momentos difíciles en los que en México había un importante debate sobre la despenalización del aborto. En una parte del comunicado, que ya es histórico, firmado por la mesa directiva integrada en ese entonces por los doctores Manuel H. Ruiz de Chávez (presidente), David Kershenobich (vicepresidente), Armando Mansilla Olivares (secretario general), Javier Mancilla Ramírez (tesorero) y Pablo A. Kuri Morales (secretario adjunto), la ANMM se pronuncia explícitamente en contra de:
La criminalización de las mujeres que enfrentan la decisión de interrumpir un embarazo no planeado, no deseado, forzado o que atente contra su vida o su bienestar físico, mental o social. Obligar a las mujeres a tener un hijo no deseado, vulnera su derecho a la libre procreación, determinado como garantía individual en nuestro país. La criminalización, lejos de eliminar los abortos, sólo promueve su inseguridad, aumentando de manera desproporcionada las muertes y las complicaciones en las mujeres más pobres y más marginadas.
Ahora, al iniciarse el 150 año académico de esta agrupación, el doctor Enrique Ruelas Barajas, actual presidente de la ANMM, destacó la importancia de preservar el legado recibido, pero señaló además que se trata de lograr un equilibrado balance entre solemnidad y modernidad
. Entre las acciones a realizar, anunció la elaboración de documentos en los que esta Academia fijará su postura sobre temas relevantes para el país con el fin de contribuir a las decisiones de política pública, como envejecimiento, obesidad, diabetes, modelo de desarrollo sobre recomendaciones de políticas de salud pública, prioridades de investigación en salud y en la formación de médicos especialistas. Los dos primeros documentos ya están concluidos.
A lo anterior, agregó una propuesta para ampliar estas temáticas con el fin de incluir otras que también son de gran relevancia, como la calidad en la atención médica, el papel de la mujer en la salud y las evidencias médico-científicas sobre el uso de la mariguana.
“La preservación del legado recibido –dijo Ruelas– carecería de sentido si no vislumbra el futuro. La prospección quedaría vacía sin la definición de posiciones con base en evidencias científicas, y la preservación, la prospección y la definición de posiciones que contribuyan a la toma de decisiones de política pública o de estrategias, serían una entelequia si la Academia no se proyecta para consolidar su razón de ser.”
Se trata de un mensaje claro y alentador. No es la expresión de una postura política o ideológica, sino la muestra de una preocupación genuina por enfrentar los problemas de salud en México, a partir de sólidos criterios médicos y científicos.
Salud y feliz cumpleaños 150 a la vieja y al mismo tiempo joven Academia Nacional de Medicina de México.