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Nosotros ya no somos los mismos

Un ratito en Harvard; en la UNAM, ¡jamás!

Felipe de Jesús mintió una vez más

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Los ex presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, captados en el contexto de la 43 reunión del Foro Económico Mundial, efectuado en Davos a finales de enero pasadoFoto Notimex
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i notoria incapacidad para la concreción hace que este espacio jamás me resulte suficiente para tratar algunos temas que me encantaría compartir con ustedes. Hoy me propuse desahogar algunos de esos pendientes aunque no tengan ninguna relación entre sí, pero como dijo un amigo después de muchas horas de intentar un discurso colectivo: vámonos a dormir, al fin que ya tenemos las ideas fundamentales. Mañana simplemente les damos hilaridad. Y tenía razón. La ilación es lo que resulta siempre ligeramente más difícil.

Pues si no como homenaje, cuando menos como recuerdo del maestro Arreola, los fragmentos que siguen (sin ilación y, esperemos que sin demasiada hilaridad), recuerden un género que él rebautizó como de varia invención.

1. Amable jalón de orejas. Alain Arnaud: acabo de abrir mi correo y leo tu mensaje que me produjo un enorme gusto y avivó, al tiempo, mis sentimientos de culpa (que son lo mío). Tu aclaración sobre la forma correcta de escribir el masculino Francois y el femenino Francoise me apenó sobremanera, porque me lo habían explicado recientemente para una columneta pasada: fue una mezcla de urgencia y holganza lo que ocasionó mi error. El gusto fue por encontrar alguien que no sólo lee mis rollos, sino que generosamente se toma el tiempo para ayudarme. Incluyo, de última hora, a una cuasihija –Érika Tamayo– que me escribió en el mismo sentido. A ambos dos, a la par y juntos, mi gratitud. Ahora una confesión: escribí también incorrectamente: Jeanne D´arc, en lugar de Jehannet Darc, primero, porque ella así se presentó originalmente y, segundo, porque en el 1400, el signo ortográfico del apóstrofe, no existía.

2. Hipótesis comprobada. ¿Usted es de los que piensan que los contrarios se juntan? A finales de enero, en Davos, Suiza, los favorecedores de esta posibilidad pudieron comprobar su acierto. No sólo se juntaron, sino que confraternizaron el presidente honorario de la Alianza para la Acción de Crecimiento Verde y el director del Centro de Estudios para la Globalización, de la Universidad Ya­le. Como seguramente usted recordará, fue gracias a este último que el PRI salió de Los Pinos y merced al primero, que a Los Pinos, el PRI está de regreso. Aunque innecesario decirlo, se trata de Felipe de Jesús y Ernesto Zedillo. La foto testimonio de la unión mencionada se publicó en múltiples diarios.

3. Un ratito en Harvard; en la UNAM, ¡jamás! A propósito de Felipe de Jesús: con su tortuosidad, su insania, con esa proverbial actitud taimada, tartufa de los monaguillos reprimidos e hipocritones afirmó, frente a los alumnos de la Libre de Derecho, que él había tratado de inscribirse en la UNAM, pero que había sido rechazado por falta de cupo y ser originario de Michoacán. Gracias a la diligencia y acuciosidad del joven licenciado Joaquín Núñez Goitia, quien se echó un clavado en los archivos de servicios escolares de la UNAM, durante los años en los que Felipe de Jesús, recién salido de un colegio confesional Valladolid de Michoacán, inició sus estudios profesionales, es posible afirmar que no existe ningún documento que demuestre que, con ese nombre y datos precisos, un aspirante hubiera promovido su revalidación de estudios y su ingreso a la Facultad de Derecho. Felipe de Jesús mintió una vez más. ¿Cuántos, como este escribidor, llegados de los más recónditos rumbos del territorio, si llenábamos los requisitos básicos del reglamento, obteníamos la inscripción? Somos miles de miles, los migrantes de Baja California (de ambas, en ese tiempo), Sonora o de Yucatán, Quintana Roo (el viaje duraba días). Existían casas de asistencia, segundos hogares para oaxaqueños, zacatecanos, tabasqueños. La Casa del Estudiante, en la Plaza del Carmen era el crisol en el que se fundían historias, temperamentos, fisonomías, lenguajes, sonsonetes, músicas, sabores, colores, proyectos y simples ilusiones (a veces más factibles), de los jóvenes mexicanos a lo largo y ancho del territorio. Sí, de éste, el que Felipe de Jesús no alcanzó a conocer ni menos comprender ni como candidato ni como el presidente que nunca fue. Definitivamente, la UNAM no era su territorio natural porque ésta es el ámbito de la libertad de cátedra y de todas las demás: pensamiento, expresión, crítica, manifestación, investigación (científica y artística, no policiaca), de creencias, de preferencias sexuales (del sexo que es gozo y liberación, no pecado, represión, culpa y condenación eterna). La UNAM no sólo transmite conocimientos, democratiza el saber, divulga y populariza la cultura.

La UNAM forma mexicanos nacionalistas y ciudadanos universales, de conciencia crítica y no dogmática; profesionistas con responsabilidad social, no corsos con patente (cédula) profesional. La Universidad, autónoma siempre de los gobiernos, cualquiera que sea el color que ostenten, pero permanentemente comprometida con la nación que le dio origen y de la que es parte indisoluble. ¿Qué iba a hacer Felipe de Jesús en un medio tan hostil? ¿Sufrir erisipela y morir de inanición? Pero, ¿tenía necesidad de mentir al cuarto para las 12, a costa de la UNAM? Yo no se lo podía permitir. Y me falta investigar su dicho sobre la Universidad Nicolaíta de Michoacán.

4. Fueron tus promesas falsos juramentos. Dio a conocer la prensa mundial, que las sexoservidoras de Nigeria, para elevar el ánimo de su selección de futbol, les ofrecieron una semana de sexo gratuito las veces que quisieran (¿quisieran?). Todos los expertos coinciden en decir que esta oferta, formulada antes del encuentro, fue definitiva para que Nigeria derrotara a Costa de Marfil en cuartos de final. De lo que nadie está seguro es si, después de este supremo esfuerzo, los seleccionados estarán en posibilidad de levantar su copa y presentar la factura.

5. Las cabezas. En toda persona, animal o cosa, las cabezas son fundamentales. Un periódico que cuente con un cabecero que maneje el idioma, tenga capacidad de síntesis y agudo ingenio, es el apoyo más efectivo del gerente de distribución y ventas. Yo trabajé, de estudiante, en uno de los pasquines más deplorables de que se tenga memoria. El capo mayor era Alfredo Kawage (o Kawachi) Ramia. La cabeza de cada edición surgía de una puja de propuestas entre los reporteros. Recuerdo algunas ejemplares: El asesino del padre Fullana Taverver, tiembla como guajolota asustada, El ciclón se dio en la Madre... sierra, Mató a su madre sin causa justificada. Excuso decir que tales textos, en la voz de los periodiqueros, agotaban de inmediato los ejemplares. Viene esto a cuento por dos encabezados que leí hace unos días en el diario Reforma. El primero era de su página electrónica y decía: Desarman red de corrupción en partidos. El congestionamiento de camionetas blindadas en las puertas de urgencias de exclusivos centros hospitalarios de la ciudad podían haberse evitado, si importantes personeros hubieran leído completa la noticia: en Europa se desmanteló una red sospechosa de ha­ber arreglado 380 partidos de futbol. Las emociones fuertes suelen ser causas eficientes de los infartos: estuvimos a punto de perder a gran parte de nuestra clase política.

El otro encabezado no sé si fue un autogol de ingenuidad y buena fe, o una insensibilidad total del cabecero, pero la columna de doña Paz Fernández Cueto, dama pudibunda como pocas y cuyo emblema es, de acuerdo con sus escritos, la moderación, la castidad y la pureza, se titulaba: Queremos sexo, no género. La lectura completa del artículo aclaraba las cosas: se trataba de exigir, desde su irreal y fundamentalista óptica, respeto al fundamento biológico del matrimonio con la consigna: Queremos sexo, no género. Pero por lo pronto, qué sofocón, doña Paz.

6. Eppur si muove. Después de nueve años de intenso trabajo, Joseph Ratzinger concluyó su libro de 176 páginas, titulado La infancia de Jesús. Tras una exhaustiva y rigurosa investigación científica, el aún Benedicto XVI, concluye que la iconografía del nacimiento de Jesús ha sido ligeramente fantasiosa al referirse al portal de Belén. ni había mula ni había buey, tan sólo una virgen, que estaba dando a luz.

7. Propongo nueva etiqueta. Dice la Comisión Nacional Bancaria y de Valores: 203 mil inversionistas concentran 40 por ciento de la riqueza del país. Equivalen a 0.18 por ciento de los mexicanos.

#Yo no soy 203 mil o #Yo no quepo en el 0.18.

El próximo lunes, unos últimos adioses a Benedicto XVl. Qué bueno que las fuerzas se le agotaron en sus tiempos de jerarca de una consecuentadora Iglesia, y no como aguilucho de la juventudes hitlerianas, que no eran de tan buenas maneras.