mor o amistad? Hay quienes apuestan todo al amor. También quienes, ¿por la experiencia de la edad?, prefieren la amistad. Los amigos han sido mi salvación en el naufragio amoroso, se oye decir a personas que han dejado de creer en el amor único luego de experiencias sucesivas de esta pasión. Durante la adolescencia, cuando se viven amistad y amor de manera absoluta, confundiendo su yo en el del otro, fundiéndose uno en otro, la ruptura puede desembocar en la pérdida de la razón, al menos momentánea, o en el deseo imperioso e insostenible de desaparecer al mismo tiempo que desaparece la pasión que se vuelve el único sentido de la vida.
André Breton, autor de L’amour fou, panegírico del amor exaltante y exaltado, había escrito antes Nadja, narración de su encuentro con ella, cuyo nombre es sólo el principio de la palabra rusa esperanza. Philippe Soupault, con quien Breton redactó Les champs magnétiques, me dijo alguna vez que André nunca fue a visitar a Nadja al hospital siquiátrico, donde fue internada. Fue él, Soupault, quien iba a verla… para traer noticias a su amigo.
Breton también quien, en un juego de la verdad, respondió a Paul Eluard, cuando éste le preguntó si creía en la amistad: No, querido amigo
.
De la amistad entre hombres se habla desde la antigüedad griega, tal la de Aquiles y Patroclo en La Ilíada. El amor entre el hombre y la mujer es físico y su finalidad, la procreación. Todavía hoy, el ideograma chino que significa amor
es el de un techo bajo el cual se abriga una mujer con su hijo. La concepción del amor entre el hombre y la mujer tal como la tenemos hoy en Occidente, pasión platónica o carnal, amor funesto que puede llevar a la muerte, aparece en el Medievo.
Señores, ¿os place escuchar un bello cuento de amor y muerte? El de Tristán e Isolda la reina. Escuchad cómo, con gran dicha, con gran luto, se amaron, luego murieron el mismo día, él por ella, ella por él.
Así comienza Le roman de Tristan et Iseüt, versión completa
, hecha por Joseph Bédier (entre 1900 y 1905), de las leyendas orales que pasaron a la literatura en la Edad Media. Mito fundador del amor cortés y del amor en Occidente. Leyenda probablemente de origen celta. Tiempos de la caballería, de los trovadores y de las Cruzadas. El señor parte a la guerra, a la conquista de la Tierra Santa, en busca del Santo Grial. La mujer, señora y ama, queda a cargo del reino, el ducado o la baronía. Su poder deja de ser sólo el de lo eterno femenino
, para investirse con el poder político.
Denis de Rougemont parte del mito de amor y muerte de Tristán e Isolda para analizar la evolución de la pasión amorosa en su Histoire de l’amour en Occident. Opone el amor griego, Eros, al amor cristiano, Agape. Eros es la pasión trágica, exaltada por Nietzsche, que no puede sino conducir a la muerte heroica. Amor heroico contra amor reposo. Sentimiento de posesión que, bajo la idea de una voluntad de conservación
, no es sino hastío del amor, reposo y muerte anticipada.
La amistad parece obedecer afinidades, a ideales comunes, a una concepción racional que puede llevar, en caso extremo, a dar la vida por el otro, sin que la voluntad de muerte acompañe este sentimiento ajeno a la pasión, y al subyacente pathos. Los amigos pueden compartir, incluso, la pasión por una mujer. Uno de los dos deberá ceder ante el otro en nombre de esa amistad. No puede haber traición: de haberla, no hubo amistad. Y si ésta se apaga es por la usura de los años, las distancias, las vidas distintas. Se consume poco a poco, sin sufrimientos. No hay ruptura, hay sólo alejamiento.
En el amor puede no haber afinidades ni ideales comunes. La atracción es irracional muchas veces. La posesividad contiene el deseo de muerte del otro cuando amenaza su pérdida. No hay crimen, sólo extravío: se ha bebido el filtro de amor. La travesía marítima produce alucinaciones. Beber el agua de mar es mortal.
¿Qué celebra usted el 14 de febrero: el amor o la amistad?
