Serán cuatro funciones de la versión musical del cuento a cargo de Engelbert Humperdink
El espectáculo emplea recursos artísticos poco tradicionales, como cine de mano, danza aérea, pole dance y títeres
Por primera vez, se interpreta en México en alemán
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 2
La luna se asoma entre las ramas del tenebroso bosque. ¡El hambre es una bestia que ladra y cruje!
, cantan los niños Hänsel y Gretel más allá de la transparencia del velo que cubre el escenario en la nueva producción de la Ópera de Bellas Artes, que el compositor alemán Engelbert Humperdink (1858-1916) escribió inspirado en el famoso cuento de los hermanos Grimm.
Una casa hecha de dulce, con muros de galleta y cristales de azúcar, brujas que vuelan sobre escobas, un par de hadas y los dos hermanos que se pierden en el bosque llegan en forma de ópera, la cual por primera vez se interpretará en alemán en las cuatro funciones en el Palacio de Bellas Artes, a partir del 17 de febrero.
La historia se dibuja, literalmente, por unas manos que con los dedos como pinceles van construyendo un bosque con arenas movedizas que se proyectan magnificadas. La técnica del cine de mano
, realizado en vivo por Juan Carlos del Valle desde un palco del teatro, se une al uso de otros recursos no tradicionales de la ópera, como la danza aérea, un aquelarre de brujas pole dance, un ballet de ángeles y la aparición de un dúo de títeres dados a la vida por sus sombras humanas.
Desde que las cuerdas en la se oyen afinar desde el foso del teatro, los niños parados en puntas miran hacia adentro, curiosos para ver a los músicos encabezados por el director croata Niksa Bareza.
Entre sombras y danzas salen bailando desde su pobre cabaña los traviesos Hänsel y Gretel, quienes serán interpretados alternadamente por Encarnación Vázquez y Guadalupe Paz en el caso del niño, y Adriana Valdés y Lourdes Ambriz, como la pequeña rubia.
Como muchos leyeron desde la infancia, en el cuento de los hermanos Grimm los padres sufren por la falta de pan, la alacena está vacía y el dinero escasea. En la pobreza y sin nada que comer, los pequeños van en búsqueda de frutos del bosque, se pierden y por su glotonería son capturados por la bruja que planea ponerlos en engorda para hacer un suculento asado de niños.
En la primera parte, ante la inminencia de haber perdido el rumbo, ambos se acurrucan en un gran árbol. Una escena nocturna con una visión de ensueño de danzas de ángeles que flotan y revolotean, El Hombre de las Arenas (Ángélica Alejandre) hace su aparición para velar el sueño. Y luego, un despertar tornasol con gotas de sol que ofrece El Hada del Rocío (Elisa Ávalos), son parte de la versión operística que se representa en Bellas Artes.
La bruja de jengibre sin duda es el personaje que más emociona, quien es personificada por María Luisa Tamez. Personaje central y antagónico en la historia, que aparece hasta la segunda parte, después del intermedio. La espera, por la reacción de los niños, parece valer la pena, pues, aunque lo más probable es que no puedan seguir la lectura de los subtítulos en español, sí entienden la intención de la música y de los personajes en escena: la bruja lanzando sus hechizos, Hänsel tras las rejas y su hermana angustiada.
Estrenada con la dirección de Richard Strauss, en 1893, en el teatro alemán de Weimar, Hänsel y Gretel se une a la tradición llamada Marchenoper, que retoma los cuentos de hadas. Humperdinck, quien fue asistente del gran maestro de la ópera Richard Wagner, recrea el cuento infantil con música que recuerda los complejos arreglos orquestales que solía hacer el autor de Las Valquirias, sumado al libreto escrito por su hermana, Aldelheid Wette.
Así, en el escenario principal del Palacio de Bellas Artes, durante las dos horas del montaje, rencarna la tradición musical del siglo XIX, sumada a los recursos escenográficos de las producciones contemporáneas, con un bosque encantado que transporta hasta la Alemania medieval, habitada por seres fantásticos.
Las funciones de Hänsel y Gretel se realizarán el 17, 19, 21 y 24 de febrero en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.