Escrita por Matt Damon, aborda la técnica de fracking para extraer energéticos
Además de Promise Land, se estrenaron las películas En el nombre de... y Don Jon’s Adiction
Sábado 9 de febrero de 2013, p. 9
Berlín, 8 de febrero. Promise Land (Tierra prometida), cinta escrita y protagonizada por Matt Damon y John Krasinski, y dirigida por Gus Van Sant arrancó no sólo aplausos en la Berlinale, también el reconocimiento de ecologistas alemanes.
Damon quien también participó en la producción del filme, comentó que los planes iniciales para la cinta era que fuera dirigida por él mismo. El guión, escrito por Damon en colaboración con Krasinski, llevó a ambos a realizar una investigación exhaustiva sobre el tema de la extracción de gas no convencional llamado fracking.
En conferencia de prensa, Damon comentó: Quería hacer una película sobre la identidad estadunidense, sobre cómo tomamos las decisiones y si lo hacemos pensando en la gente a la que más afectan
.
Ante el posible agotamiento de las fuentes para la obtención de gas y petróleo, las grandes corporaciones energéticas han implementado esta técnica, la cual se ha comprobado que tiene grave impacto ambiental, como contaminación de aguas superficiales y subterráneas, del aire, afecciones a la salud y riesgo de sismos entre otras cosas.
En este drama, Matt Damon y Frances McDormand son empleados de un consorcio que tiene entre sus proyectos perforaciones para la búsqueda de gas mediante la técnica de fracking. Se trasladan a una comunidad pobre de granjeros, cuyos habitantes son gente sencilla. Las grandes extensiones de terreno son de atractivo máximo para la empresa. Se trata de ofrecer a los granjeros una compensación económica –sumas inimaginables para ellos– siempre y cuando firmen estar de acuerdo en las perforaciones en sus terrenos.
Aparece en escena un supuesto ecologista (John Krasinski) que informa a la comunidad sobre el impacto ambiental que las perforaciones traerán a la comunidad.
La falta de escrúpulos de las corporaciones energéticas con tal de obtener los permisos necesarios para realizar esta técnica de extracción es el tema de fondo de Promise Land. “No es un filme de villanos y héroes: es nuestro mundo, el de consorcios sin escrúpulos, uno puede pasar de un lado a otro sin dejar de ser la misma persona“, apuntó el director Gus Van Sant.
A la pregunta de La Jornada sobre el impacto que puede tener la industria cinematográfica o la prominencia hollywoodense en la toma de decisiones de las corporacioness, Matt Damon respondió: Es muy importante consultar a la gente afectada; es fundamental y es el punto central de la película. Se trata de que los habitantes estén informados; a las comunidad también le gustaría decidir sobre lo que ocurrirá detrás del patio de su casa. Si una empresa poderosa decide llevar a cabo un proyecto de inversión millonaria, lo hace y ya. Tal vez habría que hacer una película al respecto.
Amor y adicciones
Otras dos cintas a concurso se presentaron hoy, aunque sin la atención mediática que recibió Promised Land.
El filme de la realizadora polaca Malgoska Szumowska, En el nombre del..., cuenta la historia de amor entre un sacerdote, Adán, y un muchacho.
Soy homosexual, no soy pedófilo
, confiesa el padre Adán, interpretado por el actor Andrzej Chyra.
La otra es de Joseph Gordon-Levitt, quien presentó Don Jon’s Addiction, su debut como director. En la cinta muestra las diferentes formas de ver el amor a través de un adicto al porno.
Gordon-Levitt escribe, dirige y protagoniza la película que tras su paso por Sundance, aterrizó hoy en Berlín.
La historia trata sobre el amor y su formas. Los medios de masas son partícipes en nuestra manera de ver el amor
, indicó.