En ambos países, sólo discursos
frente a la necesidad de promover cambios, sostienen
Viernes 8 de febrero de 2013, p. 10
La violencia en México derivada del tráfico de drogas o la disyuntiva que abre la legalización de la mariguana en los estados de Washington y Colorado –frente a la prohibición constitucional sobre el uso de estupefacientes en Estados Unidos– evidencia que ninguna de las naciones tiene aún clara la forma de enfrentar un problema que afecta las relaciones bilaterales.
Lo anterior fue afirmado por Peter Hakim, presidente emérito de Diálogo Interamericano, centro de análisis político, comunicación e intercambio sobre temas de interés continental, que presentó ayer un informe sobre las posibilidades de promover una agenda más ambiciosa en las relaciones bilaterales.
Las condiciones para promover cambios en ambos países existen, pero por el momento sólo en los discursos
, expuso.
Agregó que toca a cada país mostrar en los hechos la voluntad de impulsar cambios que tanto tiempo han ocupado los primeros lugares en la agenda bilateral.
A su vez, Jeffrey Davidow, ex embajador de Estados Unidos en México e integrante de la Comisión de Diálogo Interamericano, convino en que si bien hay condiciones para impulsar una reforma migratoria o de control de armas en Estados Unidos y una reforma energética y fiscal en México, las eventuales modificaciones legales en esas materias no van a ser fáciles ni rápidas ni van a ser totales; cada tema enfrenta una serie de obstáculos que deberán afrontar los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto. Lo único que está claro es que si se pretende alcanzar algún nivel de éxito, ni los gringos deben pretender incidir en las negociaciones en el Congreso de México ni los mexicanos en las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos
.
Davidow recordó que hace 12 años, al iniciarse las administraciones de Vicente Fox y George W. Bush, había igual optimismo para llevar a cabo las mismas reformas, pero por distintas causas
no se produjeron, por lo que llamó a ser cautelosos en las expectativas.
La ex canciller Rosario Green, quien junto con el ex presidente Ernesto Zedillo y especialistas participó en la elaboración de ese informe, destacó que en el mismo no se abordó con la profundidad necesaria el tema de la violencia y las bandas del crimen organizado en ambos países.
Planteó por eso dos interrogantes: ¿a qué se debe que los estadunidenses sean grandes consumidores de drogas?, y ¿por qué el tráfico y venta de armas en Estados Unidos no presenta los mismos niveles de violencia que en México?
Alejandro Hope, especialista en el tema y director general de seguridad del Instituto Mexicano para la Competitividad, respondió que la violencia no está vinculada al tráfico de drogas, como lo muestra que naciones de tránsito hacia la Comunidad Europea, como Turquía, tienen un índice de apenas tres muertes vinculadas con el tráfico de drogas por 100 mil habitantes.
La violencia muestra la ausencia del Estado ante ese fenómeno
, coincidieron otros expertos.