La pugilista mexicana Ana María Torres cumplió otro de sus sueños: instalar su propia escuela de boxeo, y lo hizo en el municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, estado de México, barrio que la vio crecer y convertirse en una de las máximas representantes femeninas de este deporte en el país.

Este logro significa un compromiso muy grande para mí, pues ahora, como entrenadora, tengo el reto de ayudar a niños y jóvenes que deseen incursionar en la disciplina, sobre todo a los que prefieran alejarse de cuestiones como la delincuencia, declaró la monarca supermosca del Consejo Mundial del Boxeo (CMB) durante la inauguración del recinto.

Agregó que le enorgullece haber construido su escuela de pugilismo en Neza, pues “este lugar es un semillero de grandes peleadores como Humberto Chiquita González, José Luis Bueno y Gamaliel Plátano Díaz, entre otros, y tengo fe en que saldrán más campeones y campeonas mundiales”.

El presidente del CMB, José Sulaimán –padrino de la escuela– opinó que fue atinada la decisión de la Guerrera de abrir el lugar en esa localidad, pues como el boxeo es un deporte en el que pueden sacarse las frustraciones y corajes, es mejor poner esos sentimientos en el plano deportivo y no en el de la violencia o delincuencia.

Sobre su regreso, Ana María indicó que probable será a finales de este año o principios del próximo. Mi parto fue por cesárea y quiero recuperarme, no deseo volver y ser escalón de nadie, iré por un campeonato mundial y retaré a quien esté en ese momento.