No vengo a salvar a nadie, atajó de inmediato el uruguayo Juan Pablo Rodríguez cuando se le preguntó si era la solución para Pumas, que en este principio de torneo suma un triunfo, un empate y dos derrotas. Vengo a aportar mi futbol, mi personalidad, mis ganas, pero a un equipo sólo lo salva el mismo equipo, agregó ayer el mediocampista al enfundarse la playera auriazul con el número 25.

Juanpi firmó contrato por un año con opción a otro, pero no podrá jugar este domingo contra Santos, en el estadio México 68, porque le falta la visa de trabajo.

En las próximas horas saldrá del país a un consulado de Estados Unidos o Guatemala, donde nos den la cita más próxima para cumplir con todos los requisitos, informó Roberto Medina, gerente deportivo del club del Pedregal, quien realizó la presentación del jugador en CU.

Su propósito es permanecer muchos años en la institución universitaria, de la que aceptó la oferta sin pensarlo dos veces. Vine porque es Pumas, argumentó, y reiteró que se trata del mejor equipo en su trayectoria: Estoy feliz, espero devolver toda la confianza al entrenador y a los dirigentes en la cancha.

Rodríguez, proveniente del All Boys argentino, aseguró que no tardará mucho tiempo en adaptarse. Aceptó que llega un poco avanzado el torneo, pero en la cancha demostraré que soy un buen refuerzo, sobre todo por el sector izquierdo.

Pumas es la novena escuadra en la carrera del volante de 30 años, lo que consideró normal en Sudamérica, y será su tercera camiseta en el futbol mexicano, luego de haber portado la de Indios de Ciudad Juárez y la de San Luis.

Sin embargo, dijo llegar con la intención de echar raíces en Pumas y en el balompié nacional.

La principal diferencia es que en Argentina se juega un poco más fuerte y en México el futbol es más rápido y vistoso, comentó Rodríguez.