Se reúnen frente al penal de Tepepan y gritan: ¡asesina!
Jueves 24 de enero de 2013, p. 8
Florence Cassez abandonó el Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan minutos después de las seis de la tarde, unas cuatro horas después de que ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenaran su libertad.
Acompañada por su padre, Bernard Cassez –ambos con chaleco antibalas–, y por la titular de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, Mayela Almonte Solís, Florence subió a una camioneta que partió del lugar escoltada por dos vehículos del Instituto Nacional de Migración y uno de la subsecretaría mencionada.
En el momento de su salida, su abogado, Agustín Acosta, era entrevistado por decenas de representantes de medios de comunicación nacionales y extranjeros, en la entrada principal del penal. Cassez salió por el acceso vehicular de la aduana del reclusorio, lo que impidió que las cámaras la captaran directamente, mientras familiares de víctimas de secuestro gritaban: ¡Asesina, asesina!
Alrededor de las 16 horas, la incertidumbre sobre su excarcelación dejaba de ser rumor con la llegada de un convoy de seis camionetas del Grupo Especial Relámpago de la policía capitalina, las cuales se apostaron cerca de la salida de vehículos, con elementos armados.
Poco después un grupo de custodios del reclusorio formó una valla delante de la puerta principal, lo que indicaba que de un momento a otro la ciudadana francesa recobraría su libertad.
Quienes salieron fueron sus abogados. Primero Franck Berton y luego Agustín Acosta, quienes, además de los empujones por los tumultos de los reporteros que querían sus declaraciones, también escucharon los reclamos de familiares de víctimas de secuestros perpetrados por la banda de Los Zodiaco, a la cual Florence Cassez fue acusada de pertenecer.
Todo ese movimiento modificó la cotidianidad de Tepepan. El dispositivo de seguridad y la presencia de decenas de reporteros derivó en un caos vial en las pequeñas calles del lugar.
Minutos antes del mediodía, el padre de Florence, Bernard Cassez, y el cónsul general de Francia en México, Gerald Martín, llegaron al centro femenil.
Ambos ingresaron al reclusorio sin responder una sola pregunta de los representantes de los medios informativos, pues su presencia sólo era para acompañar a la ahora ex reclusa durante la sesión de la SCJN.
La subsecretaria María Mayela Almonte salió por algunos minutos, pero sólo conversó con la representante de un medio electrónico, y ante los reclamos de los demás comunicadores, ingresó nuevamente al penal.
Conforme pasaban las horas la vigilancia se mantenía reforzada y la agitación se prolongaba entre empujones y forcejeos que se generaban por obtener la información cada vez que se abrían las puertas del penal.
Finalmente, con la salida intempestiva de los vehículos oficiales, patrullas y los abogados, se confirmó la liberación de Cassez, quien a pesar de que siempre sostuvo su inocencia, no obtuvo un fallo que la reconociera como tal.