abía usted que tan sólo en cinco años el gobierno federal ha asegurado a la delincuencia organizada doscientos cuarenta y tres mil bienes, entre ellos, aeronaves, embarcaciones, vehículos y dos mil inmuebles? ¿Se imagina lo que podría lograrse sí dichos bienes fuesen utilizados para crear fuentes de trabajo, centros educativos, apoyos para jóvenes y para beneficio de las víctimas de la delincuencia?
Muchos de los bienes incautados terminaron en lotes rematados que recuperaron una mínima parte de su valor, habiendo muy poca transparencia sobre el proceso de liquidación y asignación de los mismos. Por otro lado, es evidente que parte de esos bienes se ven degradados por el abandono sufrido; el hecho real es que no está claro su destino final ni su utilidad social.
En otro país, Italia, desde el año 1995 existe una organización que integra a más de mil 500 grupos y asociaciones, quienes utilizando bienes incautados al crimen organizado han creado cooperativas, escuelas y toda una red social construida bajo el principio de que dichos bienes deben ser usados para el beneficio directo de la sociedad, buscando atemperar el daño que provocan en las comunidades y permitiendo la participación de la sociedad en su administración y destino. Su nombre es Libera.
Libera se ha planteado, entre otros, promover tres objetivos fundamentales: el uso social de los bienes confiscados, la formación de una cultura de la legalidad y la promoción de la memoria por las víctimas de la criminalidad. Entiende que el combate en contra de la delincuencia no se puede dejar sólo en manos de policías y jueces, sino que la sociedad debe tener una participación directa. Para ello, desarrolla un amplio programa que abarca: Libera Escuela, Libera Tierra Productiva, Libera Universidad, Libera Bienes Confiscados, Libera Deporte y Libera Internacional.
Libera ha promovido movilizaciones en distintas partes del país italiano, para recordar a las víctimas de las mafias e invitar a los ciudadanos a participar en su lucha. El pasado 12 de marzo de 2012, convocó para ese fin a más de cien mil personas en Génova. En su discurso insiste en dar un enfoque social a la lucha, con énfasis en el trabajo y en una vigorosa participación y responsabilidad ciudadanas, que permitan acabar con la corrupción y hacer realidad una cultura de respeto a la ley.
Los logros de Libera son inmensos, no se miden sólo en pesos, empleos, conferencias o movilizaciones, sino en el impacto que han logrado en las bases mismas de algunas comunidades. Basta señalar que en materia educativa, tienen celebrados convenios de colaboración con la mayoría de las universidades italianas; en cuanto a la creación de fuentes laborales, han formado una red de cooperativas que producen pastas, vinos, vegetales, aceite de oliva y otros productos que se venden en toda Italia y que se exportan a otros países.
Libera, junto con otras organizaciones fue promotora de la Ley 109/96, que obliga al Estado a reutilizar bienes requisados a las organizaciones criminales. En nueve años, esta ley ha permitido destinar a fines sociales más de 2 mil 200 bienes inmuebles con valor de 4 mil millones de pesos. Este esfuerzo social tiene, entre otros antecedentes, la lucha librada por el sindicalista y dirigente político Pío Latorre, asesinado por la Cosa Nostra en 1982.
El presidente y fundador de Libera es Luigi Ciotti, un sacerdote progresista con gran prestigio en la sociedad italiana, lo que no significa que la organización tenga carácter confesional. Ciotti, primero fundó la revista Narcomafie, para analizar y generar un diagnóstico sobre el comportamiento del crimen organizado, identificando por un lado, la necesidad de golpearlos en su patrimonio y por el otro, favorecer una participación ciudadana para acompañar la acción de la justicia.
Un elemento clave para la formación de Libera fueron los asesinatos, en 1992, de los jueces antimafia
Giovanni Falconi y Paolo Borselino. Ciotti señala que este atentado hizo sentir la urgencia de transformar la indignación en acción.
Las palabras del fundador de Libera definen su pensamiento: El derecho a la seguridad es fundamental, pero los primeros que tienen ese derecho son los últimos de la fila: los más pobres. Entonces la seguridad es antes que nada, la salud, la educación, la casa, el trabajo; esta es la primera seguridad que nos merecemos y la primera defensa frente a la inseguridad, es la verdad
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Consideremos un esfuerzo organizativo semejante en nuestro país para involucrar a la sociedad en el fortalecimiento de una estrategia integral frente al crimen organizado. Quizás lo primero es promover una ley como la italiana. Ellos empezaron con una recolección de firmas. Nosotros podemos hacer lo mismo, pero además, con la gran experiencia que se tiene, no sólo en materia de organización ciudadana frente al tema de la seguridad, sino también en relación con la organización cooperativa y autogestiva, iniciar la presentación de proyectos viables en apoyo a las víctimas de la violencia. Seguramente ellas tendrán mucho que aportar al respecto.
Obviamente deben considerarse los avances legislativos contenidos en las leyes de extinción de dominio y protección de víctimas para que tenga un carácter complementario.