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Secuelas del 1º de diciembre

Funcionarios de PF admiten que se debió disparar hacia el piso y desde mayor distancia

Faltó capacitación a agentes sobre el uso de balas de goma
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de diciembre de 2012, p. 3

Los agentes de la Policía Federal (PF) que dispararon balas de goma –y, en algunos casos, cartuchos con químicos– no utilizaron los protocolos adecuados, ya que tendrían que haber accionado las llamadas armas no letales a una distancia de al menos cien metros de los manifestantes y en dirección al piso, no en posición horizontal, como aparecen en videos, admitieron fuentes de esa corporación.

Oficialmente la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal no ha emitido ninguna información de los 33 hombres (una compañía) que fueron dotados de armas no letales para actuar el pasado primero de diciembre.

Los funcionarios entrevistados revelaron el desplazamiento de 33 hombres armados con rifles Rap4, arma que también puede ser utilizada con balas de pintura en los llamados gotchas y es calificada de muy potente y precisa.

La empresa fabricante considera que “para el uso del orden público, tiene el poder suficiente para propulsar proyectiles y permite a los agentes hacer tiros difíciles a partir de 150 pies con las bolas que llevan hacia el suelo suficiente energía cinética para estallar al impactar.

El Rap4 es compatible con varios tipos de proyectiles; desde bolas de pintura para entrenamiento hasta proyectiles no letales y es considerado el más versátil de su clase.

Entrenamiento especial

Los funcionarios entrevistados refirieron que los agentes que utilizan esa clase de armas no letales deben recibir entrenamiento especializado, debido a que no se trata de dañar a un sujeto o un grupo, sino de incapacitarlo para ejercer violencia.

De acuerdo con normas de Naciones Unidas, el empleo de esas armas sólo debe ocurrir si fracasan los llamados verbales para que cualquier manifestación se realice de manera pacífica.

Las fuentes consultadas refirieron que el uso de armas no letales está considerado por las corporaciones mundiales como la tercera fase para poner orden en situación de disturbios.

Por lo anterior, por ejemplo, Eurocop (organización de sindicatos policiacos europeos) hizo un llamado en mayo pasado para que los estados miembros de la Unión Europea sustituyan las balas de goma por mecanismos menos lesivos, ya que tan sólo en España hay más de 200 casos de personas que han perdido un ojo tras sufrir el impacto de esos proyectiles.

Foto
Policías dispararon contra manifestantes el sábado pasadoFoto Alfredo Domínguez

Los protocolos que debe cumplir la PF, dijeron los entrevistados, señalan que las balas de goma sólo deben emplearse en casos de graves disturbios, como es el caso de España, donde el Sindicato Unificado de Policía determinó que este medio disuasorio, bien empleado, permite mantener y/o establecer un espacio de seguridad de más de cien metros entre la primera línea de manifestantes y funcionarios policiales en los casos en que hay manifestante agresivos, que arrojan bombas molotov, piedras, botellas, etcétera, contra los agentes, o usan barras de hierro o palos como armas, lo que evita en bastantes casos que se produzca un enfrentamiento final cuerpo a cuerpo que puede tener consecuencias graves de lesiones en unos y otros. Además, la sola presencia del arma larga con la bocacha actúa de efecto disuasorio, siendo incrementada esta disuasión como método inmediatamente anterior a la utilización de las pelotas de goma, con el lanzamiento de salvas o disparos sin proyectil.

En tanto, Amnistía Internacional ha advertido que las balas de plástico y de goma dura “son armas potencialmente letales, que también tienen capacidad de infligir sufrimiento cruel e inhumano.

Este organismo ha sabido con preocupación que en diferentes partes del mundo se habla del uso de balas de goma por parte de las fuerzas de seguridad como primer recurso, en lugar de recurrir a ellas como última medida antes del uso de munición real.

Por otra parte, durante una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, Manuel Mondragón y Kalb, encargado de despacho en la Secretaría de Seguridad Pública federal, afirmó que el pasado primero de diciembre la PF confrontó grupos de beligerancia extrema (...) que desde muy temprano quisieron romper vallas.

El funcionario consideró durante la entrevista radiofónica que los manifestantes fueron infiltrados, y señaló que las fuerzas federales no traían balas de goma, y aparentemente lo que lesionó a un joven que perdió un ojo fue un petardo.