A unos días de concluir su gestión, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, aseguró que el presupuesto que más crecerá o deberá crecer –como parte de las decisiones de la Asamblea Legislativa– es el participativo, y dentro de él la cultura tendrá un lugar central.

Ello se explica, agregó el mandatario local, a que la cultura ha sido considerada por los gobiernos de izquierda de la capital del país como el cuarto pilar del desarrollo, junto con lo económico, lo social y lo ambiental.

El funcionario habló durante la presentación en el Museo de la Ciudad de México del llamado Libro verde, texto que, como se acostumbra en países europeos, hace un panorama de las políticas públicas en materia cultural, señala problemas y plantea recomendaciones a los gobiernos entrantes para dar continuidad y avance a los esfuerzos realizados.

Con la idea de presupuesto participativo, Ebrard se refirió a la tendencia en la ciudad de que el ejercicio de los recursos se descentralice, pero no sólo a las delegaciones sino a las colonias. Y también a que el presupuesto no sólo se destine a las peticiones ciudadanas de más patrullas u otras necesidades, sino a rubros de infraestructura y promoción de actividades culturales a escala local.

Esta visión en la aplicación de políticas públicas en cultura, dijo Ebrard, ha cambiado a la ciudad de México y va más allá de los planteamientos tradicionales o retro del gobierno federal, con esfuerzos aislados entre sí, como, agregó, la Biblioteca Vasconcelos.

Esfuerzo sin precedente en AL

El Libro verde es autoría de los especialistas Eduardo Nivón Bolán, Rafael Mesa Iturbide, Carmen Pérez Camacho y Andrés López Ojeda, y cuenta con una introducción de Néstor García Canclini y un comentario de Lourdes Arizpe.

Con el subtítulo: Para la institucionalización del Sistema de Fomento y Desarrollo Cultural de la Ciudad de México, el volumen fue publicado por la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino, encabezada por Nina Serratos.

El punto de partida del libro fueron las reflexiones generadas en una reunión internacional de especialistas en 2010, en el contexto de la celebración de la ciudad de México como Capital Cultural Iberoamericana.

En la presentación, hace unos días, participaron Ebrard, Nivón, Serratos y Arizpe. Esta última comentó que no es común que se haga un libro que presente un resumen, crítica y reflexiones en torno a una gestión, además de advertir peligros y realizar propuestas a futuro de políticas culturales.

De ese modo, agregó, se marcan peldaños necesarios para avanzar, como en una escalera, hacia un futuro mejor en temas culturales, e incluso para evitar retrocesos. Las culturas abiertas son las que avanzan en este mundo globalizado, en el que hay que insertarse pero con la propia creatividad, como ha hecho el gobierno capitalino, consideró.

Nivón comentó que el principal objetivo del Libro verde es servir como una hoja de ruta para que no se pierdan 15 años de políticas culturales en la capital del país. En ese tiempo, agregó, los chilangos han generado el orgullo de haber abierto la ciudad de México al país y al mundo.

Serratos comentó que este Libro verde, que requirió cuatro años de trabajo, es el único esfuerzo en su tipo que se ha hecho en América Latina y con ello el gobierno de la ciudad muestra una vez más que pone la cultura en el centro de las políticas públicas.