Moscú, 24 de noviembre. El Consejo Coordinador de la oposición política no tolerada, aquella que agrupa a la mayoría de los adversarios del Kremlin sin representación en el Parlamento, acordó este sábado convocar a la enésima marcha multitudinaria de protesta en la capital rusa el 15 de diciembre siguiente.

El consejo, por ahora, decidió no hablar más de marcha de los millones –sin duda exagerada la expectativa de participantes–, y empieza a manejar con los pies sobre el suelo la denominación de marcha de la libertad.

Asimismo, en esta ocasión, por primera vez, después de la manifestación tampoco habrá mitin y se encomendó al poeta Dimitri Bykov pensar en algún cierre espectacular para la marcha, cuyo itinerario será definido más adelante.

Tras una ardua discusión de sus 45 miembros, el consejo aprobó que las consignas principales de la marcha serán: ¡Libertad a los presos políticos!, ¡Abajo la dictadura! y ¡Elecciones anticipadas!

Se rechazaron propuestas más duras –sobre todo las menos respetuosas respecto a las autoridades, como ¡cárcel a la banda de Putin!–, resolviéndose todas las controversias mediante simple votación.

Los cambios de formato obedecen a que, según reconoció Serguei Udaltsov, coordinador del Frente de Izquierda, la gente está cansada de discursos y a que los convocantes optaron por asumir una posición moderada para no espantar a la clase media urbana, núcleo mayoritario de las protestas anteriores.

Con un activista, Maksim Luzianin, ya condenado a cuatro años y medio de cárcel, y una veintena pendiente de juicio por los disturbios del pasado 6 de mayo, el consejo procuró hoy marcar la pauta de no dar motivos para que, en la nueva marcha, la policía arremeta contra los manifestantes.

Sin embargo, persisten algunas divergencias entre los opositores no tolerados que no permiten establecer un frente común de los adversarios del Kremlin. La conservadora Otra Rusia y la liberal Yabloko, por ejemplo, anunciaron su boicot a la convocatoria de la marcha, en tanto una llamada Nueva Izquierda se propone realizar en Moscú otra manifestación el 8 de diciembre.