e ha diversificado nuestra ciencia y se han llevado institutos a provincia o todo sigue concentrado en el Distrito Federal?
–Ha habido un cambio importantísimo en los 35 años recientes. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha sido un agente muy importante en la fundación de centros de desarrollo científico llamados SEP-Conacyt, cerca de 40, con distintas especialidades, en toda la República. En Ensenada, en Sonora, en Chihuahua, en Puebla, en Léon, Guanajuato, en el que destaca Daniel Malacara, el gran óptico. También hay un conjunto de centros que se llaman Laboratorios Nacionales. Uno de ellos está conectado con la sede del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados en Irapuato. También es importante el gran Laboratorio Nacional que le llaman Langebio, Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad. La infraestructura científica claro que ha crecido y se ha distribuido en la República. La Universidad Nacional Autónoma de México se ha distribuido y cuenta ahora con centros en muchos lugares en Morelos, en Michoacán, Querétaro, Baja California. Acaba de abrir una escuela en León, Guanajuato y otra en Morelia, Michoacán. En fin, la ciencia está ampliándose en muchos lugares, además de la sede en Ensenada que se origina con la astronomía: el Centro de Nanociencias y Nanotecnología. Eugenio Méndez está en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada que es del sistema de Conacyt. Se han conformado grupos de trabajo importantes y esperamos que crezcan y se fortalezcan más.
–¿Eres una mujer religiosa?
–No, no.
–¿Nunca lo fuiste?
–Sí, lo fui de niña, como todos nosotros. Mi familia es protestante y también tuve mi etapa religiosa; es parte del crecimiento.
–¡Qué bueno conocer a otra protestante además de Monsiváis! La ciencia, en particular la astronomía, ¿ha resuelto tus dudas sobre el origen de la vida?
–Nunca me ha preocupado ligar la religión con la astronomía. De alguna manera he incorporado a mi pensamiento la evolución, me refiero a las evidencias que hay sobre evolución de la vida, y eso embona con lo que conocemos de astronomía y de biología. Embona con las evidencias posibles. Todo está resuelto en general y seguramente son mil detalles los que hay que seguir atendiendo y dilucidando, pero no me preocupan. Me quedo en las preocupaciones astronómicas. El Big Bang lo inició Fred Hoyle en 1949, porque se burlaba de la idea de que hubiera un momento en el que se concentrara todo el universo y dijo: Ay, sí, como si fuera una gran explosión
, pero lo dijo como una expresión infantil, como decir: el gran ¡pum!
, pero pegó y esa expresión se quedó como parte del léxico científico.
–¿Qué ha aportado el conocimiento científico al crecimiento y a la bonanza de nuestro país?
–El conocimiento científico es un todo muy grande, pero las aportaciones de México han sido muy buenas, porque algunos de los grandes descubrimientos, como la píldora anticonceptiva, la inventó en México un mexicano, y logró un cambio social mundial ¡a escala mundial! Imagínate lo que fue eso. Luis Miramontes, estudiante de la carrera de química descubrió la píldora en los laboratorios de Syntex. A raíz de su hallazgo se creó el Instituto de Química.
Descubrió el proceso de síntesis de esteroides a partir del barbasco, una planta que crece en el sur de nuestro país. Ahora la sustancia activa se sintetiza químicamente en Syntex, compañía de producción a gran escala de progesterona. Después Syntex se desbarató y cerró.
–Un público lector puede ser juez de una novela, rechazarla o aceptarla, pero, ¿quiénes son los jueces de la bondad de un artículo científico? ¿Cuál es el público de la ciencia o quienes son los que tienen acceso a la ciencia?
–Los jueces se llaman árbitros, cualquier artículo científico que se quiere publicar se envía a una revista, que a su vez lo envía a un árbitro. En algunas revistas se cuentan hasta dos o tres árbitros normalmente científicos en otras partes del mundo. También en los arbitrajes se vigila que no se trate de una farsa ni de una vacilada. Para publicar necesitas la opinión favorable del árbitro, pero también necesitas que otros colegas lo lean y les parezca importante y lo citen.
–¿Con qué ramas de la ciencia tiene más contacto la astronomía? En la UNAM, por ejemplo, ¿cómo se organizan las diversas ramas de la ciencia?
–Hay mucho contacto entre la astronomía y la física, que siempre se ha enriquecido con la astronomía. La astronomía requiere el desarrollo de la computación y la astronomía también ha hecho aportaciones a la computación. Los estudios de tomografía mediante rayos X se desarrollaron inicialmente para resolver problemas de radio astronomía.
Qué bueno que ahora haya mujeres relevantes en la Academia de Ciencias y que produzcan trabajos de tan buen calibre que sean reconocidos por la comunidad científica internacional. Según Silvia Torres-Peimbert, en el Sistema Nacional de Investigadores s´Olo hay 21 mujeres y el Premio Unesco L’Oreal se le dio a cinco mexicanas. La doctora Helia Bravo (a quien conocí en el maravilloso Jardín Botánico de la UNAM, gracias a Jesusa y a Liliana Felipe) fue sin duda una de las científicas notables de nuestro país. Helia Bravo veía en las diminutas cactáceas de la tierra planetas giratorios que siguen los designios celestes y hacen que lo de arriba sea lo de abajo. ¡Ojalá que los astros ahora sean favorables a las mujeres!