Los coordinadores del PRI y el PAN en el Senado, Emilio Gamboa Patrón y Ernesto Cordero, respectivamente, se acusaron mutuamente de haber impedido el nombramiento de dos nuevos ministros de la Suprema Corte.

El priísta afirmó que fueron los senadores de Acción Nacional quienes se negaron al consenso y obligaron a que las dos ternas propuestas por el Ejecutivo fueran rechazadas. Por su parte, Cordero respondió que esa acusación es falsa, ya que el blanquiazul votó por las dos ternas mientras el PRI anuló su votación en la primera –la destinada a sustituir al ministro Salvador Aguirre Anguiano– y sólo sufragó en la segunda, correspondiente al magistrado Manuel Baráibar.

El senador del PT, Manuel Bartlett, declaró que todo el proceso fue una vergüenza y que ahora el presidente electo, Enrique Peña Nieto, puede insistir e incluir a Baráibar en alguna de las dos nuevas ternas que debe remitir al Senado, toda vez que el artículo 96 constitucional no lo prohíbe.

Al respecto, Cordero coincidió en que ese artículo está sujeto a interpretación, ya que sólo habla de la obligación del Ejecutivo de enviar una nueva terna en caso de que la primera sea rechazada.

La perredista Dolores Padierna dijo que sería un error grave postular de nuevo a Baráibar, ya que fue objetado por todo el PAN y el PRD debido a sus resoluciones polémicas, que lo ligan al poder. Bartlett consideró que deben estar alertas, toda vez que la obcecación de Peña Nieto porque se eligiera a ese magistrado, puso en aprietos a los priístas y los llevó a una votación suicida.

Bartlett consideró que aunque el panista Roberto Gil Zuarth sostuvo ayer que el proceso para elegir a los ministros fue ejemplar, en realidad mostró que todo se reduce al reparto de cuotas entre el presidente saliente y el entrante, así como una falta de sensibilidad y respeto en la integración del tribunal supremo del país.

A su juicio, el Senado quedó en ridículo, al hacer comparecer primero en comisiones y luego ante el pleno a seis magistrado con 30 y 35 años de carrera judicial, en un proceso inútil, porque había un acuerdo inicial entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que al final rompió el PAN.

El coordinador priísta, Emilio Gamboa, comentó que hizo su mejor esfuerzo por llegar a un acuerdo, pero lamentablemente las dos ternas del presidente Calderón no fueron apoyadas por Acción Nacional y no se lograron las dos terceras partes de votos requeridas, como exige la Constitución.

Gamboa consideró que Calderón está en su derecho de repetir alguno de los candidatos que no lograron la mayoría calificada en la segunda terna.

El jueves en la noche, luego que el Senado rechazara los candidatos, el priísta subió a su cuenta de Twitter: Lamento que Acción Nacional haya rechazado las ternas del presidente Calderón para ministros de la Suprema Corte.

En entrevista, el panista Cordero reviró: En la primera terna hubo 59 votos nulos, ya que el PRI (junto con el Verde) prefirió anular sus voto, negarle a alguno de los candidatos que tenían méritos la posibilidad, bajo la lógica de que es mi candidato o no es nadie.