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Toros

En la segunda corrida de la temporada, vuelve a la Plaza México el auténtico toro

Triunfa el hierro de Barralva, que mandó un encierro con edad, trapío y toreabilidad

Arturo Macías, merecida oreja

El Payo se rencuentra

Talavante, perdido con la espada

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Rafael Reynoso participó en la novillada de ayer tarde en la plaza Lorenzo Garza de Monterrey, lidió al segundo, un burel complicado ante el cual estuvo bien por chicuelinas y con la muleta logró naturales de buena manufactura, pero no logró redondear, dio media estocada delantera y escuchó palmasFoto Notimex
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Arturo Macías participó en la segunda corrida de la Temporada Grande 2012-2013 en la Monumental Plaza MéxicoFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de noviembre de 2012, p. a46

A los que sí saben de toros les cuesta la vida entender lo que debe ser un toro con edad y trapío, en cambio los criadores Luis Ángel y José Ramón Álvarez Bilbao tienen muy claro lo que es ideología y ética ganaderas, por lo que su hierro de Barralva sumó ayer un triunfo más en la Plaza México, conocida también como el Cecetla o Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje.

En otra extraña combinación de toreros hicieron el paseíllo Arturo Macías El Cejas, quien por antojadizas razones hacía tiempo no venía al coso de Insurgentes; Alejandro Talavante, que acababa de triunfar en Tlaxcala, y Octavio García El Payo, que necesitaba reivindicarse ante el público capitalino, ya sin bonitontos en las barreras, luego de su petardo en la pasada feria de San Isidro.

Y como ocurre siempre, el toro con edad y trapío no sólo sí tiene palabra de honor y pone a cada quien en su lugar, sino que exhibe la actitud y aptitud de su criador y de quien lo enfrenta, como ocurrió con los seis toros ejemplarmente presentados de Barralva, que además tuvieron una toreabilidad digna de mejores resultados, aunque varios no se mataron en el caballo, pero llegaron a la muleta con recorrido y transmisión de peligro.

Arturo Macías (30 años de edad, siete de alternativa y 35 corridas toreadas en lo que va del año), quien fue recibido con fuerte ovación luego de su injustificada ausencia en esta plaza, continúa evolucionando en su tauromaquia, al grado de que con su primero reiteró sus buenos recursos capoteros en lucido quite por saltilleras –¡salud, maestro de maestros!– y estructuró una inteligente faena por ambos lados a un burel sosito, pero claro, demostrando que está puesto, mejor dispuesto y más inspirado que nunca. Se volcó sobre el morrillo y dejó una estocada entera, cortó merecida oreja y recorrió el anillo con fuerza. Con su segundo, que apenas recargó, volvió a desplegar su creatividad con el capote en un quitazo por chicuelina, caleserina, gaonera y revolera. Con la muleta se olvidó de fijar y someter a un toro con temperamento, fue trompicado, consiguió muletazos pundonorosos y dejó tres cuartos que bastaron. Pero el toro con edad requiere en los toreros algo más que integridad.

El Payo (23 años, cuatro de alternativa y 24 corridas este 2012), quien no debió salir después del paseíllo, tenía que justificar su inclusión tras haber perdido piso por andar en malas compañías. Se llevó el mejor lote y mostró renovada disposición, valor y cabeza. Si bien a su primero, un toro con bravura, estilo y fuerza, al que le cortaba las tandas, su desahogado trasteo debió ser debidamente coronado con la espada. Salió al tercio y los restos de Cachetón recibieron los honores del arrastre lento por órdenes del flamante juez Jesús Morales, brillante subalterno, asesorado por Juan Vázquez, de idéntica trayectoria. Ojalá, maestros. Con su segundo, otro pavo que empujó en varas, Octavio se entregó aunque sin estructurar debidamente la faena. Tras media trasera y dos descabellos recibió una oreja entre división de opiniones.

Alejandro Talavante (25 años, seis y medio de matador y, ojo, 64 corridas este año) desplegó torería, capacidad de improvisación e… inexcusables fallas con la espada, por lo que lo que debieron ser sendas orejas se convirtieron en discretas palmas. Por cierto, los tres alternantes le brindaron a un cantautor español amigo de Calderón. ¡Joder!