“Mi papel de Blanche DuBois en la obra de teatro Tennessee en cuerpo y alma es el mejor de mi carrera”, expresó la actriz Itatí Cantoral en entrevista, el pasado viernes, al finalizar dicha pieza, que se presenta desde hace dos semanas en la Casa del Lago Juan José Arreola, donde los fantasmas son reales y cobran vida con la pluma del autor estadunidense.

Entre el público, algunos llegan dubitativos, por cierto prejuicio respecto del histrionismo de Itatí, ubicada más bien en trabajos de televisión.

El camino de esta obra aún es largo y será una temporada de 50 funciones. Coactúan Hernán Mendoza, Dora Cordero y Eduardo Tanús. El foro sólo tiene capacidad para 60 personas y la cercanía entre el público y los actores permite advertir la respiración.

Itatí interpreta tres personajes. El vestuario, en esta ocasión, podría ser otro personaje, pues refleja una época y refuerza la labor de los actores, sobre todo de las actrices. El diseño de vestuario es de María y Tolita Figueroa.

La sinopsis menciona: Todo lo prohibido y lo que pertenece a la intimidad ajena es irresistible, pero sin duda poder espiar la soledad de un escritor en sus noches de bloqueo creativo es tremendamente irresistible. Eso es lo que propone esta obra: ser testigos de la privacidad de un autor atribulado, exhausto y que no temió decir en público que todos los escritores viven permanentemente bloqueados, exponiendo con dolor sus notables y recurrentes crisis creativas. Con esa idea trabajan Francisco Franco, en la dirección, y Ximena Escalante, en la dramaturgia.

Vida en vértigo

En el programa de mano se lee: “Tennessee Williams (Columbus, Misisipi, 1911-Nueva York, 1983), escribió la obra Un tranvía llamado deseo en la madurez de su periodo creativo, y una vez que la historia fue llevada a la pantalla su vida cayó en un vértigo inefable. El inolvidable personaje de Blanche DuBois representa todas las obsesiones que marcaron su escritura: seres perdidos en pánicos, estrés, barbitúricos, alcohol, homosexualidad, paranoias, obsesiones, siquiatras y dolores del alma imposibles de curar.”

Cantoral añadió que desde un principio el texto le encantó. “Siempre fue un sueño interpretar a Blanche DuBois y la manera en que la escribió Ximena Escalante fue maravillosa. Ser dirigida por Francisco Franco es un sueño hecho realidad. Esta es una obra redonda que me llena de satisfacción. Estudié bastante a Tennessee, su época; leí Un tranvía llamado deseo.

Aquí he tenido que mejorar, porque es un teatro pequeño, porque debes tener un tono mucho más dentro del realismo, porque la gente está muy cerca. No digo que esta obra sea un parteaguas en mi carrera, pero sí que es algo diferente. Por las condiciones de cercanía, el papel es cada vez más íntimo.

Autor de su historia

A la manera de Julio Cortázar, quien analizó la relación del creador con sus personajes, Mendoza desarrolla un Tennessee entre botellas, que invita a DuBois un trago, como medio para calmarla.

Itatí agregó: Este es un texto duro, pero reflexivo, porque no es sólo un bloqueo creativo para el escritor, pero yo como actriz, mujer y madre he tenido bloqueos... los sigo teniendo. Creo que la obra le llega a cualquiera de nosotros, incluidos los espectadores. Aquí se les dice: tú eres tú y en tus manos está lo que quieras hacer de tu vida, o bien puedes seguir quejándote de lo que tienes. Tú puedes ser el escritor de tu historia.

Por su parte, Hernán Mendoza, actor desde hace 26 años, expresó: Es algo especial hacer el papel de un escritor tan interesante como Tennessee Williams y, sobre todo, a partir de un texto como el de Ximena Escalante.

A su vez, la autora comentó: Esta obra no es una adaptación de ninguna otras. Está inspirada en las biografías de Williams y no toma ningún episodio real de su vida. No es una obra que esté haciendo una historia de Tennessee. Utilizo el personaje como una evocación del proceso de escritura.

Las funciones son los viernes, a las 20 horas; sábados y domingos, 19, en la Casa del Lago, cerca del Metro Auditorio. Hay estacionamientos cercanos: Museo de Antropología y Auditorio Nacional. Y estación de ecobici a 150 metros. Más informes: casadellago.com.