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El artista y Gorka Larrañaga exponen en Estación Coyoacán

Nunca sé como terminará una pintura: tiene su velocidad y su futuro: Biderbost
Foto
Retrato de Fernando Biderbost en su estudio, captado por su hijo Erlantz
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de octubre de 2012, p. a11

La ciudad de México es tan densa como un cuchillo que se introduce por el estómago, llega hasta el cerebro y estalla en el corazón, afirmó el artista vasco Fernando Biderbost, cuya exposición conjunta con Gorka Larrañaga, 2 atmósferas: pintura contemporánea en el País Vasco, se exhibe en nuestro país.

Recordó la imagen previa que tenía al llegar: Fabuloso, mágico y surrealista, la cual cambió luego de su estancia en el Distrito Federal, dijo en entrevista vía correo electrónico con La Jornada con motivo de la muestra que alberga la galería Estación Coyoacán. Arte Contemporáneo, la cual permanecerá abierta hasta el 17 de noviembre.

Los dos somos vascos y a los dos nos atrae México y, aunque nuestra obra es diferente, nos preocupa la atmósfera que puede producir la pintura, abundó en torno a esta muestra.

En el conjunto de piezas de su coterráneo, agrega, hay atmósferas, no es plana; aunque tiene referencias a los lugares que Gorka habita, esos espacios que preserva vacíos y su tratamiento del color hace siempre que su obra funcione no sólo por la temática, sino por los contenidos formales del cuadro, lo que la acerca algo a mi cometido al no trabajar con temas.

Contrasta el sentido de su producción plástica: “Quiero que en el cuadro haya aire, atmósfera, porque es ahí donde todos los elementos que constituyen el cuadro: dibujos, manchas, etcétera, pueden volar, proyectarse en libertad, y es esa libertad la que hace que cada cuadro adquiera autonomía, vida propia, lejana ya a mí y a los otros cuadros.

Nunca sé como va a terminar una pintura, porque tiene su propia velocidad y su futuro. Podría sintetizar añadiendo que mis cuadros son excursiones plásticas y en definitiva son instintivos.

Biderbost, a pesar de su intención de desligar la pintura de sus vivencias personales, reconoce un impacto por la luz, el color, el movimiento del Distrito Federal, la variedad de culturas que convergen como en una explosión... la potencia y densidad de esta ciudad son pegajosas, especialmente para un artista plástico. Aquí hice unos 100 dibujos y es clara la influencia.

También los artistas contemporáneos mexicanos, “de entre los cuales siempre me había atraído la obra del gran Vicente Rojo, con el que tuve el privilegio de conversar en su taller una mañana y de quien aprendí muchas cosas. Siempre me fascinó su serie México bajo la lluvia, siempre me influyó, por lo que algo de mexicano ya había en mi trabajo”.

Reconoce que a pesar de que su obra es escapista, en tanto en ella importa menos el contexto, reconoce que en su origen hay algo que todos los artistas vascos hemos mamado, sobre todo de los escultores vascos de la vanguardia histórica, como Jorge Oteiza: es el sentido y el sentimiento espacial y también el de vacío que ya estaba en nuestra tradición histórica, y en nuestro modo geométrico en la estética.

Aún así, resalta, la labor de un artista es romper fronteras y abrir caminos. O sea, se parte de lo local, por imperativo biológico y sentimental, para llegar al mundo, más grande, e incluso a lugares ignotos y fuera de nuestro alcance y del alcance del propio mundo. Aun para explorar en lugares desconocidos de la mente que son los más lejanos.

Galería Estación Coyoacán. Arte Contemporáneo se encuentra ubicada en Ortega 23, esquina con Carrillo Puerto, delegación Coyoacán.