Sábado 20 de octubre de 2012, p. 16
Ciudad Victoria, Tamps., 19 de octubre. Las políticas de derechos humanos no tienen privilegio ni predominan, porque en la administración panista que concluye domina el poder del fuego, y las reglas de la guerra están confrontadas con esas garantías, advirtió Javier Hernández Valencia, comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México.
Durante una conferencia de prensa que ofreció en la Judicatura del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas, el ombudsman considero que la gran masacre de migrantes en San Fernando, descubierta el 6 de abril de 2011, es uno de los resultados finales del rompimiento del modelo migratorio, y apuntó que es necesario recomponer los flujos de indocumentados y las políticas migratorias.
Señaló que el gobierno federal enfocó sus tareas al control de las policías y a la seguridad adoptando a los marinos y militares, pero el gran reto no se cumplió.
Sostuvo que se privilegiaron otros derechos, pero se oscureció el tema de los migrantes y de los indígenas, no menos importantes en este país y en América Latina, por lo que advirtió que las políticas de derechos no gozan de privilegios ni de predominancia.
Apuntó que la aplicación del plan para la seguridad en México ha tenido un costo humano e inédito en materia de derechos humanos, porque depositar las tareas públicas en fuerzas ajenas a la función de seguridad lleva a cualquier país al colapso y confrontación con las reglas de la guerra, porque predomina el poder del fuego.
Por lo mismo, agregó, el resultado final en temas como los migrantes amalgama dos paradigmas, por lo que la masacre de migrantes en San Fernando, Tamaulipas, rompe con el modelo migratorio no tocado en muchos años y, por otra parte, las fracturas del crimen organizado y su capacidad de violencia obligan a recomponer el flujo de indocumentados y las políticas migratorias.