Mariana La Barbie Juárez no despertó como acostumbra después de una noche de combate. El domingo pasado no sólo tenía las huellas de los golpes en el rostro, sino también una tristeza infinita por la derrota que sufrió ante la estadunidense Ava Knight, que le arrebató el cinturón de diamante en disputa y la dejó sin el título mundial mosca del Consejo Mundial de Boxeo.

La Barbie cuenta que se miró al espejo ese domingo y sólo vio su desánimo, porque había perdido un campeonato mundial por el que tanto había luchado en su carrera.

Fui débil y tonta, balbucea para explicar su derrota ante Ava Knight; lo dice con la voz apagada: Algo estuvo mal, me vi lenta y amarrada, nunca pude agarrar ritmo.

Ante la estadunidense, Mariana no pudo encontrar el estilo, permanecía tiesa, sin chispa en los ataques y recibiendo mucho castigo. En la esquina había nerviosismo por el curso del combate y en cada descanso le repetían la misma frase: Mariana, tienes que soltarte, estás muy lenta.

Pero La Barbie no se soltó, dice que nunca pudo meterse de lleno en la pelea, que algo no la dejaba concentrarse en su rival. En el recuento de las tarjetas siempre estuvo abajo y eso, argumenta, la distrajo. Estaba segura de que los jueces estaban siendo parciales, a favor de Knight.

Cuando peleé con Simona Galasi me di cuenta de que las tarjetas la beneficiaban porque ella era la campeona, pero el sábado parecía que la campeona era Ava y no yo, se queja Mariana.

Después del combate, especuló con la idea de que le habían robado la pelea. Pero hoy parece asimilar que fue rebasada por la velocidad y contundencia de su rival.

Yo estoy acostumbrada a levantarme; no pasa de una mala noche, una noche triste, se da ánimos. Nada es para siempre, ni la derrota ni los campeonatos.

La Barbie busca explicaciones de todas partes. En este año la peleadora tuvo gran proyección comercial y piensa que las responsabilidades ajenas al deporte la alejaron del tiempo necesario para entrenar y para el reposo.

No podíamos descansar, dedicar el tiempo necesario al gimnasio; te quieren llevar a muchas partes y demandan tiempo. Hace el recuento de distracciones, en las que enumera entrevistas de televisión y una agenda abultada de compromisos publicitarios.

No pude evitar esas pequeñas cosas que al final te afectan en la preparación, comenta.

Pese al tropiezo inobjetable, Mariana acusa también de su derrota al apoyo financiero que tuvo su contrincante, pues sostiene que la promotora que estaba detrás de Knight pesó en la decisión de los jueces.

Hubo muchas irregularidades, los jueces desde el comienzo dieron preferencia a Ava, y su promotora ya tenía planes para tener a una campeona diamante, dice con tono de sospecha. Querían este resultado para buscar una revancha, concluye, pues asegura que de este modo aseguraban un buen negocio en una segunda contienda.

Otra vez con la voz débil, reconoce que le duele haber perdido todo por una serie de descuidos, e insiste en que hoy sólo es el recuerdo de una noche triste.

Nada más, por una pelea no se nos va caer toda la carrera, dice convencida de que incluso sin corona el nombre de Mariana Juárez aún inspira respeto.