Tras una pobre entrada en el estadio de CU dijo: Vine a ganármelos, a ver algún día
Salimos medio dormidos y regalamos el encuentro, admitió el técnico visitante Vucetich
Lunes 8 de octubre de 2012, p. 4
Pumas derrotó 3-2 a un disminuido Monterrey, pero la victoria no logró esfumar los gritos de rechazo al técnico local Mario Carrillo, quien se mostró empeñado en ganarse a la afición auriazul, que ayer hizo una pobre entrada al estadio Olímpico Universitario.
En lo que también se mostró tenaz fue en mantener congelados a los refuerzos, pues estuvo impasible y sordo ante el exigente grito de ¡Tito, Tito!
; simplemente Emanuel Villa no jugó, Martín Romagnoli observó el partido desde el palco principal, mientras Jimmy Lozano calentó la banca y Luis García, lesionado, va para 10 días más
, informó el propio entrenador.
Ninguno de ellos hizo falta. La victoria –segunda en casa en la era Carrillo– cuajó con el buen desempeño de los canteranos auriazules que saltaron a la cancha a transpirar la casaca, comandados por Martín Bravo, revolucionado e imparable, cuyo juego seduce a su exigente timonel y desquicia a las zagas rivales.
Los Rayados salieron adormilados. Además, el inclemente sol terminó por hundirlos en un pesado sopor y cuando abrieron los ojos ya perdían 2-0.
Eduardo Herrera, posesionado de la titularidad, corroboró su romance con el gol y aprovechó un largo servicio de Bravo; embistió hacia la meta y con su gran zancada dejó atrás al defensa del cuadro regiomontano, que pretendía estorbarlo; definió exacto a la derecha de Jonathan Orozco al 13.
Tres minutos después cayó el segundo tanto local. Fue un excelente tiro directo de Efraín Velarde desde enfrente de la media luna, que entró cerca del ángulo superior izquierdo.
Monterrey se mostraba errático, incómodo, sin sacudirse la pegajosa marca de los auriazules. Víctor Manuel Vucetich, hoy sin magia, discutió con el árbitro Marco Antonio Rodríguez, quien hizo el ademán de sacar una tarjeta.
César Chelito Delgado se despaviló, capitalizó un servicio de Severo Meza desde la derecha y de media vuelta fusiló a Alejandro Palacios, para decretar el 2-1 con que se fueron al descanso, porque Walter Ayoví no acertó otro tiro directo que impactó en un poste y que habría sido el empate.
En el complemento Pumas mostró la misma determinación. Las descolgadas veloces de Bravo arrancaban frenéticos aplausos del técnico Carrillo y el alarido del público, pero el que ganó protagonismo fue otro canterano.
José Antonio García persistió en un avance por la derecha, eludió a un defensa y el portero Orozco se entregó. El jugador auriazul, ya sin presión alguna, sacó un tiro centro que José María Basanta incrustó con la rodilla en su propio marco para el 3-1.
Fue cuando se escuchó el grito de ¡Tito, Tito!
, pero Carrillo optó por Emilio Orrantia y Fernando Espinosa, y redondeó los cambios con David Izazola.
Vucetich ingresó a Abraham Carreño y a Jesús Corona, pero fue el mediocampista Héctor Morales quien de nuevo acortó distancia con un disparo de zurda a media altura.
Al minuto 77 se lesionó Hiram Mier, quien sufrió un desgarro en la parte posterior del muslo izquierdo. El defensa salió en carrito y quedó fuera del Tri, luego de autorizarse su regreso a Monterrey. Su lugar sería ocupado por Joel Huiqui.
El técnico visitante admitió que salimos medio dormidos del vestidor... Regalamos el encuentro
. No obstante, dijo: Pumas nunca fue más que los Rayados
.
Queja contra el silbante
Además, se quejó de las amonestaciones que hizo de forma acelerada
el silbante Rodríguez, quien a su parecer no sancionó con el mismo criterio: No influyó en el resultado, pero incomoda
.
Vucetich se fue molesto, pero no pretextó las numerosas lesiones que afectan a su plantilla, entre ellas la de Ricardo Osorio, Chupete Suazo y Ángel Reyna: Tenemos plantel para sobreponernos a cualquier situación
.
Agregó que sigue en espera de que se autorice el cambio de fecha del juego frente a Toluca.
Por su parte, Carrillo recalcó: No soy simpático
, y con sonrisa amarga reconoció que la afición me sigue recordando a mi mamá ¡(ella) ya está acostumbrada! Están en su derecho, pero yo vine a ganármelos... a ver si algún día
.
Dijo que no entona el himno universitario con el puño en alto porque no es Pavarotti y la gente me mataría
, pero aseguró que se va tranquilo, aunque a su plantel le falta trabajo; “se requiere mucha profundidad, hacer goles –que es lo más difícil– y es lo que quiero consolidar”.
Evitó ahondar en explicaciones sobre la inactividad de los refuerzos y sólo esgrimió con vaguedad: Van a jugar, pronto
.