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La inversión del gobierno saliente en el rubro no fue equilibrada, dice

El país tiene flancos débiles en materia de seguridad, expresa César Camacho
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de octubre de 2012, p. 18

Frente a la situación de violencia y criminalidad en el país (una de cuyas expresiones más recientes fue el asesinato, en Coahuila, del hijo del ex líder del PRI, Humberto Moreira), el presidente de la Fundación Colosio, César Camacho, convino: Enrique Peña Nieto recibirá un país que tiene muchos flancos de preocupación y debilidad.

Ubicó además en el gobierno saliente una visión miope del fenómeno, porque invirtió de más en la seguridad, pero no en el proceso completo de la justicia, y de ahí los magros resultados obtenidos.

La policía fue donde más invirtió, pero ésta constituye sólo uno de los eslabones de esta cadena, pero no mejoró sensiblemente a la procuraduría, al sistema de jueces (aunque depende de otro poder), ni al sistema penitenciario. Esos conceptos no pueden disociarse.

En sentido figurado, si esta es una cadena integrada por eslabones, y sólo se fortalece a uno de ellos, éste no se romperá, pero la cadena sí, porque no se les ha puesto suficiente atención.

Entonces, esta administración se llena la boca cuando presenta presuntos imputados, pero luego no se sabe el destino judicial que tuvieron, pues muchas veces, al rato, están fuera, debido a ese fenómeno que se conoce en el mundo jurídico como el que las averiguaciones previas están flojas. Es decir, no van consistentemente integradas.

El también ex gobernador del estado de México indicó entonces: La eficiencia en la seguridad y la justicia no pasa por el atropellamiento de las garantías individuales, porque hasta a los imputados hay que reconocerles derechos. Por supuesto que queremos a los criminales en la cárcel, pero nadie en su sano juicio pretende que se les torture para que se declaren culpables de delitos que no cometieron y engrosar así las filas y las estadísticas de las autoridades, para justificarse.

El problema no es menor, apuntó, “pero ha habido una estrategia fallida; quizás el más grave de los factores es porque en esta guerra no sólo han muerto policías y presuntos criminales, sino porque la violencia ha alcanzado las calles y ha hecho presa y víctima a la gente inocente de la comunidad.

Es decir, han muerto más en esta guerra que en Irak. ¡Es como de no creerse!

Desde su perspectiva, la solución no pasa sólo por diseñar una estrategia, sino también sobre cómo se ejecuta y se concibe el combate a la delincuencia. Creo que este es uno de los grandes retos y también el gobierno de Enrique Peña Nieto está apercibido del tamaño y del grado de dificultad que entraña este desafío.