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Ver día anteriorDomingo 30 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Petróleos Mexicanos, ¿o españoles?
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e compró a nombre de Pemex primero uno, luego dos lotes de acciones de Repsol, monopolio petrolero y de otras áreas, de España. Cuando Repsol fue expropiada por Argentina, por no haber cumplido sus obligaciones en ese país, bajaron sus acciones y por lo tanto también las compradas por Pemex.

La Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados había revisado el primer lote comprado, y sus consecuencias. Con el segundo, el valor de los dos bajó de precio de manera importante, por causa de la nacionalización en Argentina y otros sucesos. ¿Acaso se vale jugar a la ruleta con el dinero ajeno, el de Pemex, y si pierde será ésta y no su director?

El 22 de abril pasado publicamos los favores que el gobierno mexicano le ha hecho a Repsol. Nos referimos a uno firmado con Pemex, pues los referidos a la Comisión Federal de Electricidad no se refieren a este escrito. Son los contratos de servicios múltiples, que se firmaron por 15 o por 20 años, que vienen del pasado sexenio, también panista. Siguen haciendo un dineral los de Repsol.

Ahora, al igual que el otro caso sin el conocimiento del consejo de administración de la propia Pemex, el director firmó hasta la fecha contratos con dos astilleros gallegos, para construir dos hoteles flotantes con un valor de 380 millones de dólares. Se espera también la firma por la construcción con empresas gallegas por 14 remolcadores.

¿Acaso no se necesitan en México puestos de trabajo? Pero resulta que protestan por esto también los sindicatos españoles, aduciendo el problema estructural de empleos, e insisten en que se han perdido mil 700 puestos de trabajo en los astilleros gallegos en el último año y que no se han firmado contratos importantes en los últimos cinco años. Este negocio, que beneficia a la autoridad de allá y al director de acá, no beneficia a los trabajadores mexicanos ni a los españoles.

El contrato con el presidente local es aprovechado electoralmente por éste, diciendo que gracias al mismo se saldrá de la crisis. No es muy creíble. ¿No será también ganancia económica del director de Pemex? Porque esa es la costumbre mexicana.

En las discusiones de allá, comentan que los presidentes derechistas Mariano Rajoy y Felipe Calderón concluyen en que Pemex invertirá grandes cantidades de dinero en el sector naval gallego, actualmente al borde de la quiebra. Y luego que por qué se van para abajo las inversiones de Pemex en España, como las de Repsol. El director de Pemex todavía tiene el cinismo de defender públicamente lo de Galicia, y resulta que no hace la operación Pemex sino una de sus empresas, filial de PMI Comercial Internacional, y todavía presume de que no está sujeta a las leyes mexicanas. ¡Ratero cínico!

Así como los trabajadores españoles y mexicanos sufren problemas similares, los gobiernos se van haciendo más similares, más y más a la derecha. De ahí que la reforma laboral mexicana tienda a oprimir más y más a los trabajadores, si no se le logra frenar.

La campaña del PRI también lanzó un proyecto de ley laboral más derechista que nunca. Y ahora de hecho se funden las de los dos partidos, PRI y PAN. Algunas de las principales medidas son:

–La pretensión de Calderón de legalizar la subcontratación, o outsourcing, atenta contra la estabilidad del empleo de los trabajadores mexicanos, pues el despido es libre.

–Se pretenden regular los periodos de prueba de los trabajadores, mediante contratos de trabajo para capacitación inicial, con duración de tres y hasta seis meses.

–Mediante la reforma tratan de que si un trabajador gana un juicio laboral al patrón, sólo se paguen salarios caídos por un año, independientemente de que los litigios duren más de 12 meses.

–Se pretende establecer el pago del salario por hora y no con apego a la jornada de trabajo.

–La reforma intenta eliminar el escalafón como medio de ascender de puesto.

–Mediante la reforma, se eliminan las tablas de enfermedades que el legislador incorpora en la ley, para pasar a ser facultad de la Secretaría del Trabajo, para la determinación de las mismas.

–En la reforma se atenta contra el derecho de huelga que asiste a los trabajadores, que es una conquista de la clase laboral, que ha costado sangre a los mexicanos.

Esto es una muestra del tipo de medidas que se establecieron con regímenes fascistas. Ya en España lo tuvieron con Francisco Franco.

Nota de última hora. Ayer, numerosos diputados y diputadas del PRD explican en un desplegado (La Jornada, página 11) su defensa –incluso tomando pacíficamente la tribuna del pleno de la Cámara de Diputados– de la lucha por los derechos que fueron aplastados con la ley de Calderón y Peña Nieto. Otro diputado del mismo partido, coordinador del grupo parlamentario, Silvano Aureoles, se opuso a estas medidas y repetidamente se acercó a los líderes del PRI y del PAN. Su nombre no aparece entre los 64 firmantes del desplegado. Pero puede pensarse en que el coordinador debió sumarse a la mayoría.